Con un lenguaje a caballo entre lo literario y lo cotidiano, en 'Un milagro en equilibrio' (Planeta, 2004), Lucía Etxebarría nos relata la historia de Eva Agulló, una escritora que se ha dado a conocer por sus trabajos de encargo, y no por sus auténticos ensayos literarios, así como por su conocida adicción al alcohol. La historia tiene una estructura circular, a pesar de no seguir un recorrido lineal en el relato de los acontecimientos que marcan la vida de Eva Agulló. Son la vida y la muerte las que abren y cierran esta apasionante novela, con la muerte de un profesor de literatura de Eva, José Merlo, y el nacimiento de la hija de ésta, Amanda. Se trata de una obra que intercala episodios de su vida con una carta a modo de diario, un diario que Eva Agulló, dedica a su hija y que inspira una profunda reflexión sobre su propia vida y su persona, para que tiempo después, su "nena", conozca tantas cosas que ella quizá nunca recuperaría sobre su madre, y porque "...los fetos pueden comunicarse con la madre desde el útero...".
Lucía Extebarría vierte una cantidad de temas trascendentes sobre la historia, acerca de la persona, la maternidad, el abuso de alcohol, el maltrato, los complejos personales, la familia, la soledad, la necesidad de huir de los problemas..., y en definitiva, sobre la vida misma. Toda persona, en algún momento proyecta una imagen de sí distinta de la realidad más profunda de cada ser, en un intento de conseguir el respeto y la aceptación de los demás, incluso de la familia. Y cómo todos estamos enfrentados a nuestro "yo" dialéctico, somos dos personalidades encerradas en un mismo alma, un alter ego subconsciente. El hecho de que Eva tenga una hija supone el acto más egoísta de todos, pues es, en definitiva, lo que la mueve a rehacer su vida, a pensar por sí y para otro ser más importante que uno mismo. Es un intento alentador de sobreponerse a los infortunios de las circunstancias, para abrazarse de nuevo a la vida.
Eva nos relata desde sus amistades e inquietudes en la facultad, sus experiencias como escritora, sintiéndose profundamente frustrada, sus pasiones y delirios a lo largo de los años, así como sus más profundos sentimientos en momentos que marcan la vida de una persona: el amor, el desamor, la maternidad, la muerte de una madre... Los malos tratos y la autoridad son temas sobre los que también reflexiona la autora, en boca de la protagonista. A lo largo de su vida, Eva siempre se ha decantado por hombres, que aparentemente fueran creativos e interesantes, músicos, artistas... aunque también, profundamente narcisistas, egoístas y maltratadores, incluso ejerciendo violencia sobre la propia Eva, hasta entender el verdadero significado del amor, más pausado, más maduro, más tranquilo. Eva revive su vida porque quiere que el día de mañana su hija sepa quién era su madre, qué anhelaba y qué sentía, por qué gozaba y por qué sufría. El hecho de ser madre, y todo el periodo de reflexión que supone el embarazo, le suscita una introspección exhaustiva sobre su propia familia, sus padres, sus hermanos, la educación, e intentar como madre "...no convertirte en un apéndice de mi persona, ni en un vehículo de mis ambiciones, ni en un espejo para mis vanidades...".
"Ojalá, Amanda, tú seas una mujer de acción y no de sentimiento, porque el que siente no avanza, se queda paralizado en medio de la vida sin atreverse a avanzar, porque el mundo, Amanda, es patrimonio de quien impone su voluntad a sus emociones, porque la vida es una guerra y cada día una batalla".