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Ruth Marcus

Llenar los espacios en blanco

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WASHINGTON - En su discurso la noche del lunes ante una audiencia integral y comprensiblemente confusa con la política estadounidense hacia Libia, el Presidente Obama empezó a llenar algunos espacios vacíos importantes.

La Casa Blanca pondrá en duda esta valoración, pero las declaraciones de Obama llegan desafortunadamente tarde. Reunir el apoyo de la opinión pública a "medidas militares dinámicas", que va a ser mi nueva frase favorita, exige alguna explicación cuanto antes mejor. Esto es cierto sobre todo cuando se trata de una medida dinámica de elección, no de necesidad; en medio de las agitadas secuelas de Irak y Afganistán; y en el implacable contexto de los rigores de la actualidad informativa.

Y sobre todo cuando los preparativos de la acción han sido tan espasmódicos, con mensajes enfrentados relativos a la inteligencia y la viabilidad de una zona de exclusión aérea y una confusa diferencia entre medios y fines. Es la política estadounidense que Muammar Gaddafi debe irse - tiene que irse, en realidad -- pero ése no es el objetivo declarado públicamente de la acción militar.

Tan inconexo como suena, es una postura defendible. El precio de montar una coalición internacional fue descartar la expulsión por la fuerza de Gadafi, y el presidente acierta al rechazar destinar efectivos militares a una misión así. Cruce los dedos - igual hasta funciona este enfoque.

Pero el liderazgo presidencial entraña algo más que esperar a que la opinión pública se vea bombardeada con noticias de Oriente Próximo para intuir los matices políticos presentes. Un nuevo sondeo concluye que sólo el 39% de los estadounidenses creen que Estados Unidos tiene un objetivo claro en Libia. La cifra me sorprende por elevada.

Aun así, el momento del discurso de Obama resultó ser fortuito en el sentido de que el presidente pudo ofrecer su versión del misión cumplida: masacre evitada, rebeldes que resurgen, Estados Unidos transfiere el mando de la operación a la OTAN.

¿Cuáles son pues esos espacios en blanco? A tenor del discurso del presidente y de los contenidos facilitados con antelación por la Casa Blanca, esta es mi evaluación en orden descendente de creatividad de Obama necesaria para llenarlos.

Por qué está justificada la acción. Obama se mostró de lo más inflexible al exponer las líneas maestras del motivo de que la intervención tenga sentido. "Aparcar la responsabilidad de América como líder y -- más profundamente -- nuestras responsabilidades con nuestros iguales humanos en tales circunstancias habría representado una traición a quienes somos", dijo.

Palabras clave: en tales circunstancias. No todas las crisis humanitarias justifican la intervención estadounidense, defendió Obama, pero Libia representa una convergencia de factores que inclinan la balanza en ese sentido: la capacidad para impedir el perjuicio inminente con escaso riesgo para las fuerzas estadounidenses; socios internacionales dispuestos, naciones árabes incluidas; efectos secundario de la falta de acción, incluyendo inducir al resto de dictadores a razonar que la represión es la mejor estrategia.

¿Por qué es diferente este país a todos los demás países - o no? Yo salí de la rueda de prensa y del discurso entendiendo que la Casa Blanca considera a Libia más episodio esporádico que el primero de una nueva cadena de enredos militares. Es el momento condiciones de Obama: Las condiciones para actuar eran las idóneas. Otros lugares podrán ser demasiado delicados o inestables (piense en al-Qaeda en Yemen sin el Presidente Alí Abdaláh Saléh) o demasiado importantes y estables (piense en la presencia naval estadounidense y los intereses saudíes en Bahréin) como para intervenir. El gran interrogante en el aire ahora es cómo encaja Siria en esta categoría.

¿Cuál viene ahora? Aquí es donde el presidente, por necesidad en parte, fue más impreciso. En primer lugar, ¿qué pasa si Gadafi no se marcha, y qué es lo que está dispuesto a hacer Estados Unidos para garantizar su marcha? En segundo, ¿qué pasa si/cuando Gadafi se marcha, y qué está haciendo Estados Unidos para garantizar que la nueva administración libia no va a ser hostil a los intereses estadounidenses?

La administración apuesta a poder "aislar tan profundamente" a Gadafi, en palabras del asesor de seguridad nacional en funciones Denis McDonough, que en última instancia se tenga que marchar. Degradar a sus militares, congelar sus cuentas y ayudar a fomentar en tanto una alternativa viable, esperan, obrará el milagro. ¿Está dispuesta la administración a reconocer a la oposición? "Por el momento, no", decía McDonough. ¿Armaremos a los rebeldes? "Yo no he dicho que se vaya ni que no se vaya a hacer", dijo McDonough. Si la administración tiene un plan alternativo en caso de que Gadafi desafíe sus predicciones y se enroque, yo no lo he oído -- y, como dijo el presidente, hasta que se vaya "Libia seguirá siendo peligrosa".

Incluso después, como el presidente fue escrupuloso en señalar, Libia no va a ser ningún lugar idílico. No hay ningún Vaclav Havel libio disponible. Los funcionarios de la Casa Blanca hablan valientemente más bien de contar con el apoyo de los comerciantes de Trípoli.

Espero que tengan razón. Me sentía más cómoda con la empresa la mañana del martes que la víspera. Más cómoda, pero el final me sigue teniendo inquieta.

Llenar los espacios en blanco

Ruth Marcus
Ruth Marcus
miércoles, 30 de marzo de 2011, 06:55 h (CET)
WASHINGTON - En su discurso la noche del lunes ante una audiencia integral y comprensiblemente confusa con la política estadounidense hacia Libia, el Presidente Obama empezó a llenar algunos espacios vacíos importantes.

La Casa Blanca pondrá en duda esta valoración, pero las declaraciones de Obama llegan desafortunadamente tarde. Reunir el apoyo de la opinión pública a "medidas militares dinámicas", que va a ser mi nueva frase favorita, exige alguna explicación cuanto antes mejor. Esto es cierto sobre todo cuando se trata de una medida dinámica de elección, no de necesidad; en medio de las agitadas secuelas de Irak y Afganistán; y en el implacable contexto de los rigores de la actualidad informativa.

Y sobre todo cuando los preparativos de la acción han sido tan espasmódicos, con mensajes enfrentados relativos a la inteligencia y la viabilidad de una zona de exclusión aérea y una confusa diferencia entre medios y fines. Es la política estadounidense que Muammar Gaddafi debe irse - tiene que irse, en realidad -- pero ése no es el objetivo declarado públicamente de la acción militar.

Tan inconexo como suena, es una postura defendible. El precio de montar una coalición internacional fue descartar la expulsión por la fuerza de Gadafi, y el presidente acierta al rechazar destinar efectivos militares a una misión así. Cruce los dedos - igual hasta funciona este enfoque.

Pero el liderazgo presidencial entraña algo más que esperar a que la opinión pública se vea bombardeada con noticias de Oriente Próximo para intuir los matices políticos presentes. Un nuevo sondeo concluye que sólo el 39% de los estadounidenses creen que Estados Unidos tiene un objetivo claro en Libia. La cifra me sorprende por elevada.

Aun así, el momento del discurso de Obama resultó ser fortuito en el sentido de que el presidente pudo ofrecer su versión del misión cumplida: masacre evitada, rebeldes que resurgen, Estados Unidos transfiere el mando de la operación a la OTAN.

¿Cuáles son pues esos espacios en blanco? A tenor del discurso del presidente y de los contenidos facilitados con antelación por la Casa Blanca, esta es mi evaluación en orden descendente de creatividad de Obama necesaria para llenarlos.

Por qué está justificada la acción. Obama se mostró de lo más inflexible al exponer las líneas maestras del motivo de que la intervención tenga sentido. "Aparcar la responsabilidad de América como líder y -- más profundamente -- nuestras responsabilidades con nuestros iguales humanos en tales circunstancias habría representado una traición a quienes somos", dijo.

Palabras clave: en tales circunstancias. No todas las crisis humanitarias justifican la intervención estadounidense, defendió Obama, pero Libia representa una convergencia de factores que inclinan la balanza en ese sentido: la capacidad para impedir el perjuicio inminente con escaso riesgo para las fuerzas estadounidenses; socios internacionales dispuestos, naciones árabes incluidas; efectos secundario de la falta de acción, incluyendo inducir al resto de dictadores a razonar que la represión es la mejor estrategia.

¿Por qué es diferente este país a todos los demás países - o no? Yo salí de la rueda de prensa y del discurso entendiendo que la Casa Blanca considera a Libia más episodio esporádico que el primero de una nueva cadena de enredos militares. Es el momento condiciones de Obama: Las condiciones para actuar eran las idóneas. Otros lugares podrán ser demasiado delicados o inestables (piense en al-Qaeda en Yemen sin el Presidente Alí Abdaláh Saléh) o demasiado importantes y estables (piense en la presencia naval estadounidense y los intereses saudíes en Bahréin) como para intervenir. El gran interrogante en el aire ahora es cómo encaja Siria en esta categoría.

¿Cuál viene ahora? Aquí es donde el presidente, por necesidad en parte, fue más impreciso. En primer lugar, ¿qué pasa si Gadafi no se marcha, y qué es lo que está dispuesto a hacer Estados Unidos para garantizar su marcha? En segundo, ¿qué pasa si/cuando Gadafi se marcha, y qué está haciendo Estados Unidos para garantizar que la nueva administración libia no va a ser hostil a los intereses estadounidenses?

La administración apuesta a poder "aislar tan profundamente" a Gadafi, en palabras del asesor de seguridad nacional en funciones Denis McDonough, que en última instancia se tenga que marchar. Degradar a sus militares, congelar sus cuentas y ayudar a fomentar en tanto una alternativa viable, esperan, obrará el milagro. ¿Está dispuesta la administración a reconocer a la oposición? "Por el momento, no", decía McDonough. ¿Armaremos a los rebeldes? "Yo no he dicho que se vaya ni que no se vaya a hacer", dijo McDonough. Si la administración tiene un plan alternativo en caso de que Gadafi desafíe sus predicciones y se enroque, yo no lo he oído -- y, como dijo el presidente, hasta que se vaya "Libia seguirá siendo peligrosa".

Incluso después, como el presidente fue escrupuloso en señalar, Libia no va a ser ningún lugar idílico. No hay ningún Vaclav Havel libio disponible. Los funcionarios de la Casa Blanca hablan valientemente más bien de contar con el apoyo de los comerciantes de Trípoli.

Espero que tengan razón. Me sentía más cómoda con la empresa la mañana del martes que la víspera. Más cómoda, pero el final me sigue teniendo inquieta.

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