Entre unas cosas y otras la casa sigue sin barrer. La situación en el equipo de la franja roja, el que lidera la Segunda División, el que es capaz de movilizar a su afición en una situación límite, el que une cada domingo algo más que sentimientos, vive momentos durísimos, inimaginables para un club de la categoría del Rayo Vallecano que a pesar de todo, sigue dando la cara donde la tiene que dar y sigue haciendo lo que otros no hacen, su propio trabajo.
El pasado domingo - para los que aún tienen en su retina las famosas imágenes de aquel coche ardiendo de la policía municipal en los aledaños del Teresa Rivero - se jugó el partido de la temporada, y sí, el Rayo ganó al Betis y se puso líder. Más de quince mil personas fueron testigo de ello, sin embargo, el protagonismo fue para los que no merecen ni un par de palabras en ningún medio de comunicación, dejando lo bonito y el fútbol en segundo plano. Se mete cada vez más el dedo en la llaga, y el Rayo sigue a lo suyo, callando y esperando a que llegue una solución que ya empieza a oler a chamuscado.
Sandoval ya lo dijo en la rueda de prensa post partido “Nosotros vamos ganado 1-0”. Razón no le falta al técnico rayista, y es que el primer año como profesional en los banquillos no está siendo todo lo placentero que los números indican. ¿Quién sabe lo que hubiese sido del Rayo esta temporada sin el “sabio” de Humanes al frente? Las protestas de los jugadores no cesan en cada partido: pancartas, rótulos, camisetas... pero todo sigue igual, no hay cambios, y los que hay son a peor, llegando a la desesperación de unos jugadores que ya se encuentran buscando medidas de protesta más agresivas que pueden llegar al encierro de los jugadores en la Ciudad Deportiva del club.
Situación desesperante para un equipo que saca el orgullo que lleva dentro en cada partido. Mientras, desde arriba, siguen las negociaciones con empresas, intentando sacar el máximo partido a la venta de un club que agoniza según avanza el tiempo.
El Rayo sigue cumpliendo, sigue peleando, enfilado a Primera, ahora el turno es para los de arriba, los que dirigen todo este percal que está azotando a mucha gente ya no solo del Rayo. La solución pasa por la venta del club, pero cuanto antes se haga mejor, de momento, en Vallecas la situación es desesperante, unos dando la cara donde la tienen que dar y otros ocultando las mentiras y las farsas que crearon un mundo irreal, frágil e inestable que ha caído en la más absoluta degradación.