Con cara de pocos amigos comenzó la rueda de prensa Javi Gracia en el estadio de Cartagonova tras la derrota ante un superior Cartagena. Una derrota que deja muy tocadas las aspiraciones de un equipo en su lucha por conseguir la permanencia lo más rápido posible.

Y es que así lo quiere el míster. A tan sólo seis puntos de los deseados 50, Xabi ha comenzado a consumirse lentamente. Únicamente hay que prestar atención a sus declaraciones para observar que el técnico navarro no está viviendo sus mejores momentos como entrenador profesional. Me atrevería a decir que la prolongación (ya excesiva) de su único objetivo no le deja dormir por las noches.

Posiblemente (y como así lo indicó) el penalti sobre Airam Cabrera fue, si no clamoroso, más que visible, pero la afirmación de que pueda existir un complot del comité arbitral para llegar a desbancar a los equipos filiales (y más que nada al Villarreal B) en Segunda División está algo cogidita por los pelos, puesto que los dos goles albinegros fueron propiciados por claros errores defensivos de los amarillos.

Eso sin olvidar todas las ocasiones desperdiciadas. Las cifras son tremendas. En el último mes el filial levantino no ha logrado materializar más de tres goles, de los cuales tan sólo uno sirvió para alzarse con una victoria. El hecho de conseguir cuatro puntos de los últimos 21 posibles ha desembocado en un vertiginoso descenso en la tabla clasificatoria, cayendo desde el quinto puesto al undécimo que ocupa actualmente.

Sin embargo, el estado no es tan alarmista como el que puede dar a entender. Con once jornadas todavía por delante y un colchón de once puntos sobre el descenso, no parece que se vayan a resistir esos escasos últimos puntitos que le entreguen la permanencia matemática al Villarreal B. Dos victorias más en el casillero y este objetivo se convertiría en una realidad.

Que bonito sería si la primera de ellas fuera ante el otro filial de la división en la próxima jornada de Liga. Un duelo con más de un aliciente, pues el Barça B ya goleó en la primera vuelta. Un triunfo que encarrile de nuevo el ‘Mini Submarino’ en la senda de la victoria, que deje casi zanjada la participación para la próxima temporada en la categoría de plata, pero sobretodo, que le devuelva la sonrisa a un cada vez más asfixiado Javi Gracia.