Los goles de Jandro, Peragón y Despotovic dieron el triunfo al Girona ante el Albacete tras tres jornadas de sequía goleadora y de puntos. En un equipo con gusto para el juego ofensivo, el rendimiento de estos tres jugadores es clave.
Después de tres semanas sin mojar, la sed de gol del Girona finalmente se acabó. Era la racha más larga de minutos sin marcar esta temporada para los de Agné, un equipo caracterizado por su juego de posesión y por su apuesta ofensiva. Recre, Betis y Valladolid habían conseguido silenciar a los Jandro, Despotovic y Peragón, máximos realizadores de equipo, quienes ante el Albacete pusieron fin a la sequía con un tanto cada uno.
Y es que su aportación esta temporada es indiscutible viendo la cifras. Juntos, suman 32 de los 43 goles de cuadro rojiblanco. Peragón y Despotovic, con 10 y 11 respectivamente, forman una dupla letal en punta, siempre servidos por un Jandro que lleva ya 11 tantos, pese a su fama de pasador e organizador del juego. Con ellos en forma, todo el trabajo del Girona adquiere sentido, ya que las ocasiones llegan con más asiduidad y la efectividad crece.
Vuelta de Moha
La victoria contra el Albacete coincidió también con el regreso de Moha al once inicial tras dos semanas lesionado. El extremo marroquí es un complemento perfecto para el tridente gerundense, ya que ayuda a abrir el campo con su desborde por la izquierda, y su velocidad y persistencia en la presión es clave para recuperar balones en el centro del campo.
Pese a que el objetivo oficial sigue siendo el de los 50 puntos que aseguren la permanencia, con 45 en el bolsillo esa meta ya se puede dar casi por conseguida. Con el triunfo del sábado, Agné y los suyos vuelven a ver de cerca los playoff y pueden seguir soñando. Y es que en esta liga, cualquier dinámica positiva es garantía de escalar posiciones
Pendientes de la federación
La siguiente jornada parece la idónea para encadenar la segunda victoria consecutiva, ya que los gerundenses visitan el campo de la Ponferradina, último clasificado. Eso ocurrirá siempre y cuando no haya finalmente huelga. La incerteza es un problema para el Girona, sobretodo para la organización del viaje.
Mientras no haya decisión, los de Agné continuaran trabajando para poder seguir rindiendo como el sábado y volver a enganchar una dinámica positiva. Con la permanencia ya casi en el saco, el equipo sabe que jugará seis de los once partidos que le quedan en Montilivi, un fortín donde su rendimiento ha sido muy alto hasta el momento.