El ejército colombiano abatió este domingo durante una operación militar en la zona de Aipe a Arquímedes Muñoz, alias “Jerónimo”, jefe de seguridad personal de Alfonso Cano, y coordinador de 16 frentes guerrilleros.
Rubén Verdú / Analista internacional
Jerónimo, al tiempo que hombre de confianza de Cano, era además el encargado de organizar los anillos de seguridad en torno al cabecilla. Contaba con 35 años de militancia en la guerrilla, y era hombre importante en su jerarquía interna. No en vano, era miembro del Estado Mayor Central y controlaba las finanzas de la guerrilla en la zona sur de Colombia.
Es éste un duro golpe para la estructura de las FARC, que están viendo como, tras la muerte la semana pasada de Oliver Solarte, van cayendo en los últimos días piezas muy importantes de su entramado militar.
A día de hoy, el Ministerio de Defensa colombiano cree que Cano se encuentra “más aislado que nunca” en las estribaciones de la Cordillera Central colombiana, en un paradero indeterminado entre los departamentos de Tolima y Huila.
¿Se acerca el fin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia? Difícil saberlo, ya que la organización cuenta con mecanismos arraigados de reclutamiento y renovación, sobre todo en las zonas rurales del país.
En cualquier caso, es indudable que su poder de influencia se encuentra en horas bajas, y están acusando los problemas derivados de ello, como en este caso el de los llamados “desmovilizados”, antiguos militantes de la guerrilla que abandonan la lucha y actúan como confidentes del Gobierno y el Ejército, alentados por suculentas recompensas.
Fuentes gubernamentales colombianas han filtrado que fue un desmovilizado quien guió a las tropas hacia el escondite donde se encontraba Jerónimo, y que en los próximos días podría obtener una suma que oscila entre los 2.500 y 3.000 millones de pesos.
El Ministro de Defensa Rodrigo Rivera ha señalado que Jerónimo era un “objetivo crucial”. En su contra pesaban 13 órdenes de captura por homicidio agravado, terrorismo, secuestro y extorsión, y ha avisado que se extremen las precauciones, porque este revés llevará a las FARC a la movilización y posibles actos de represalia.
Sin embargo, no ocultaba su euforia y se mostraba determinante: “Estamos estrechando el cerco, el siguiente será Alfonso Cano, y no vamos a descansar hasta capturarlo o darle de baja”.