La desgraciada enfermedad de Abidal (desde aquí el más sincero de los saludos y un deseo de pronta recuperación), ha propiciado una noticia que si bien no se esperaba hasta el año que viene, las circunstancias han hecho que se precipite. Andreu Fontàs, uno de los pilares del Barça B, jugará en el primer equipo sustituyendo a Abidal. El bajo estado de forma de Milito y la larga lesión de Puyol, han permitido al joven jugador de Banyoles hacerse un hueco en la plantilla del primer equipo, justo ahora que empieza lo bueno. Y es que la proyección del central ha sido meteórica. Con un físico de primer nivel y una gran salida del balón, su buena colocación y su liderazgo han permitido al equipo de Luís Enrique estar entre los cinco primeros clasificados de la liga Adelante, que para un filial suena a palabras mayores.
El caso es que, desde el 17 de Marzo, Fontàs ya es jugador de la primera plantilla del Barcelona y eso deja al Barça B con un pilar menos y con el objetivo de reestructurar la plantilla. En un primer momento, parece ser que Armando (por veteranía) y Sergi Gómez (por similitud) podrían dejar el hueco en defensa de Fontàs, acompañando a Marc Bartra. Aunque cabe la opción de volver a situar a Marc Muniesa como central, posición que, bajo mi punto de vista, nunca debió abandonar. Aún así no solo deja un hueco futbolístico sino también emocional. Y es que tenerlo en el césped era sinónimo de energía, de motivación, de rauxa (que se dice en Catalunya) y de un liderazgo que ahora deberá asumir otro pilar del equipo. El caso es que este ascenso ya le tocaba al bueno de Fontàs, y más viendo el rendimiento dado este año en la segunda categoría del fútbol español. Si tiene minutos, no decepcionará a nadie.
El sábado, partido con morbo
A pesar de hacer más de un año, en Barcelona todos recuerdan el famoso alcorconazo. El Real Madrid sucumbió en la Copa del Rey ante el Alcorcón, cayendo en su casa por 4-0. El Barça B ya vivió este hecho cuando visitaron Santo Domingo. Entonces el resultado fue 1-3 y eso dio de pensar a más de uno. No obstante, se vuelven a cruzar las caras catalanes y madrileños, esta vez en el Mini Estadi y, porque no, sin mucha presión. El Alcorcón puede respirar y ahora ya mira más hacia arriba que hacia abajo. Por lo tanto el partido se podrá vivir dentro del contexto más futbolístico posible, esperando ver un gran espectáculo. En la mente de los barcelonistas siempre quedará el recuerdo de aquel equipo que humilló al máximo rival. Y Alcorcón siempre será un nombre con historia para el culé.