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José María Blázquez

Pánico nuclear

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Con la cantidad de problemas importantes (reales) que están sucediendo a nuestro alrededor parece banal hablar de otros asuntos. Todo pierde valor al lado de catástrofes como la de Japón, la crisis Libia, las revueltas en Egipto, Túnez, Yemen y Bahréin… Preocupación a la vez que frustración.

Nunca me gustaron las medias tintas. Georgina Higueras publicaba en ‘El País.com’ el pasado sábado en relación a las consecuencias del terremoto de Japón lo siguiente: ‘La falta de gasolina dificulta enormemente la distribución de ayuda entre los más de 400.000 japoneses damnificados del terremoto que se encuentran en refugios en el noreste del país. Muchos camiones, ofrecidos de forma gratuita, no pueden salir por falta de gasoil.’ Efectivamente, petróleo. Centenares de miles de víctimas pasando graves dificultades y el principal ‘ladrón’ de petróleo ofreciendo una ayuda descafeinada .No vaya a ser que tengan que atacar otro país para recuperar lo perdido. Menos mal que en Libia parece difícil que ocurra lo mismo que en Irak. Y frente a esto, los japoneses nos enseñan civismo y sacrificio. En una sociedad donde las medallas y condecoraciones se han devaluado tanto, cualquier apelativo parece quedarse corto para aquellos héroes que ya han sido llamados ‘los 180 de Fukushima’.

El cine siempre ha sido una herramienta de crítica y expresión cultural. En plena histeria colectiva sobre la crisis energética y la seguridad de las centrales nucleares, Frontline.com hace una revisión sobre el ‘cine nuclear’, desde ‘El primer yanqui en Tokio’ (‘First Yank Into Tokyo’) de 1945 a la terriblemente infumable ‘Touch and Die’ de 1991, que cuenta con miembros de la familia Sheen en el reparto. El listado incluye tanto películas mainstream como de serie B. Si no les apetece ver ninguna esta semana la cartelera nos trae estrenos para todos los gustos.

A destacar las propuestas de cine español, portugués y, sobre todo, ‘Nunca me abandones’ ("Never Let Me Go"), una coproducción entre Gran Bretaña y Estados Unidos basada en la novela de Kazuo Ishiguro, un autor que conoce muy bien los desastres nucleares. Nació en Nagasaki (Japón) el 8 de noviembre de 1954, nueve años después de los bombardeos atómicos ordenados por el presidente Truman. Se estima que 80.000 personas murieron en esta ciudad a causa de los ataques, la mitad durante la intervención militar, el resto debido a la radiación.



A Bigas Luna le ha salido competencia en la carrera por la presidencia de la Academia de Cine. Enrique González Macho, peso pesado de la industria de la distribución cinematográfica y propietario de Alta Films, y Azucena de la Fuente (actriz, directora, productora, polifacética a fin de cuentas). Esto es, sin duda, una buena noticia. El bipartidismo no hace bien a nadie, por lo que tener tres candidatos tan diferentes sólo puede provocar debate.

Tanto el director como el distribuidor han sido objeto de diferentes entrevistas y monográficos en los últimos días, mientras que la candidata no obtenía el mismo seguimiento mediático, presumiblemente, debido a que no había materializado su candidatura hasta última hora del viernes. Vigalondo publicaba en su Twitter ese mismo día que le habían propuesto una vicepresidencia (presumiblemente en la candidatura de Azucena de la Fuente, ya que es la única que no había facilitado datos sobre su equipo), pero que no creía que su nombre favoreciese a ninguna propuesta ni que sus ideales fueran compatibles con las responsabilidades que van asociados a ese cargo. Es una lástima, pero una decisión comprensible en vista del panorama de hipocresía que está asolándolo todo.

La otra cara de la moneda fue la detención de Manuel Sirgo, premio Goya por el cortometraje de animación ‘Pollo’, por difundir ilegalmente películas españolas a las que tenía acceso por su condición de académico. De momento, todo indica que la contraseña (personal e intransferible) que tenía para acceder al sistema informático (Veomac) y banco de datos de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, donde figuraban películas nacionales para su visionado online, le fue sustraída sin permiso por un empleado de su propia productora.

Esta noticia se hace pública justo cuando el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) da a conocer los datos de nuestro cine en 2010. La cuota de pantalla se ha reducido del 15,5% al 12,1%, lo que ha generado 24,1 millones de euros menos de ingresos. No obstante, la industria ha dejado de embolsarse 9 millones de euros en nuestro país, perdiendo 8,5 millones de espectadores con respecto a 2009, independientemente de la nacionalidad del producto. Unos datos que a primera vista pueden parecer preocupantes. Mientras, las descargas y el uso de internet se han incrementado.

El propio Bigas Luna afirmaba que ‘nunca ha habido tanto interés por ver creaciones audiovisuales en Internet.’ No obstante, seguimos intentando conservar un sistema de distribución obsoleto y nada realista. Carlos Iglesias, uno de los afectados de la difusión ilegal en la red de su película ‘Ispansi’ con la contraseña de Sirgo, afirmaba que internet era una herramienta que podía ser muy útil para el cine. La sociedad avanza, las leyes van siempre muy por detrás.

Pánico nuclear

José María Blázquez
José María Blázquez
lunes, 21 de marzo de 2011, 08:43 h (CET)
Con la cantidad de problemas importantes (reales) que están sucediendo a nuestro alrededor parece banal hablar de otros asuntos. Todo pierde valor al lado de catástrofes como la de Japón, la crisis Libia, las revueltas en Egipto, Túnez, Yemen y Bahréin… Preocupación a la vez que frustración.

Nunca me gustaron las medias tintas. Georgina Higueras publicaba en ‘El País.com’ el pasado sábado en relación a las consecuencias del terremoto de Japón lo siguiente: ‘La falta de gasolina dificulta enormemente la distribución de ayuda entre los más de 400.000 japoneses damnificados del terremoto que se encuentran en refugios en el noreste del país. Muchos camiones, ofrecidos de forma gratuita, no pueden salir por falta de gasoil.’ Efectivamente, petróleo. Centenares de miles de víctimas pasando graves dificultades y el principal ‘ladrón’ de petróleo ofreciendo una ayuda descafeinada .No vaya a ser que tengan que atacar otro país para recuperar lo perdido. Menos mal que en Libia parece difícil que ocurra lo mismo que en Irak. Y frente a esto, los japoneses nos enseñan civismo y sacrificio. En una sociedad donde las medallas y condecoraciones se han devaluado tanto, cualquier apelativo parece quedarse corto para aquellos héroes que ya han sido llamados ‘los 180 de Fukushima’.

El cine siempre ha sido una herramienta de crítica y expresión cultural. En plena histeria colectiva sobre la crisis energética y la seguridad de las centrales nucleares, Frontline.com hace una revisión sobre el ‘cine nuclear’, desde ‘El primer yanqui en Tokio’ (‘First Yank Into Tokyo’) de 1945 a la terriblemente infumable ‘Touch and Die’ de 1991, que cuenta con miembros de la familia Sheen en el reparto. El listado incluye tanto películas mainstream como de serie B. Si no les apetece ver ninguna esta semana la cartelera nos trae estrenos para todos los gustos.

A destacar las propuestas de cine español, portugués y, sobre todo, ‘Nunca me abandones’ ("Never Let Me Go"), una coproducción entre Gran Bretaña y Estados Unidos basada en la novela de Kazuo Ishiguro, un autor que conoce muy bien los desastres nucleares. Nació en Nagasaki (Japón) el 8 de noviembre de 1954, nueve años después de los bombardeos atómicos ordenados por el presidente Truman. Se estima que 80.000 personas murieron en esta ciudad a causa de los ataques, la mitad durante la intervención militar, el resto debido a la radiación.



A Bigas Luna le ha salido competencia en la carrera por la presidencia de la Academia de Cine. Enrique González Macho, peso pesado de la industria de la distribución cinematográfica y propietario de Alta Films, y Azucena de la Fuente (actriz, directora, productora, polifacética a fin de cuentas). Esto es, sin duda, una buena noticia. El bipartidismo no hace bien a nadie, por lo que tener tres candidatos tan diferentes sólo puede provocar debate.

Tanto el director como el distribuidor han sido objeto de diferentes entrevistas y monográficos en los últimos días, mientras que la candidata no obtenía el mismo seguimiento mediático, presumiblemente, debido a que no había materializado su candidatura hasta última hora del viernes. Vigalondo publicaba en su Twitter ese mismo día que le habían propuesto una vicepresidencia (presumiblemente en la candidatura de Azucena de la Fuente, ya que es la única que no había facilitado datos sobre su equipo), pero que no creía que su nombre favoreciese a ninguna propuesta ni que sus ideales fueran compatibles con las responsabilidades que van asociados a ese cargo. Es una lástima, pero una decisión comprensible en vista del panorama de hipocresía que está asolándolo todo.

La otra cara de la moneda fue la detención de Manuel Sirgo, premio Goya por el cortometraje de animación ‘Pollo’, por difundir ilegalmente películas españolas a las que tenía acceso por su condición de académico. De momento, todo indica que la contraseña (personal e intransferible) que tenía para acceder al sistema informático (Veomac) y banco de datos de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, donde figuraban películas nacionales para su visionado online, le fue sustraída sin permiso por un empleado de su propia productora.

Esta noticia se hace pública justo cuando el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) da a conocer los datos de nuestro cine en 2010. La cuota de pantalla se ha reducido del 15,5% al 12,1%, lo que ha generado 24,1 millones de euros menos de ingresos. No obstante, la industria ha dejado de embolsarse 9 millones de euros en nuestro país, perdiendo 8,5 millones de espectadores con respecto a 2009, independientemente de la nacionalidad del producto. Unos datos que a primera vista pueden parecer preocupantes. Mientras, las descargas y el uso de internet se han incrementado.

El propio Bigas Luna afirmaba que ‘nunca ha habido tanto interés por ver creaciones audiovisuales en Internet.’ No obstante, seguimos intentando conservar un sistema de distribución obsoleto y nada realista. Carlos Iglesias, uno de los afectados de la difusión ilegal en la red de su película ‘Ispansi’ con la contraseña de Sirgo, afirmaba que internet era una herramienta que podía ser muy útil para el cine. La sociedad avanza, las leyes van siempre muy por detrás.

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