Empate de oro en Los Cármenes y frenazo en seco a las aspiraciones del Granada para engancharse al terceto de cabeza. Con el filial blaugrana de muralla psicológica, parece probable que los dos equipos que conseguirán el ascenso directo se encuentren en estos momentos ocupando alguna de las tres primeras posiciones de la clasificación.
Era un partido tremendamente complicado, y el marcador pudo desnivelarse en varias ocasiones, pero la magia de Falcón y Roberto (y algún palo que otro) se tradujo en unas tablas que emulan el resultado alcanzado en Balaídos. Son ya tres partidos de ventaja respecto al quinto, colchón que debe empujar al club celtiña a mirar definitivamente hacia el ascensor VIP.
El retorno de Oubiña pone en peligro el dueto Bustos - Garai (celtavigo.net)
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El puntito ganado rompe además una racha de tres derrotas consecutivas, precisamente en una de las salidas más difíciles de todo el año para los gallegos. Sobre el césped pudimos ver a un Oubiña que sigue adaptándose (promete), el renacer de Álex López (golazo del canterano) y el interesante debut de Ikechi, el escocés de raíces africanas que ha llegado desde las categorías inferiores.
El partido ante el Recre, en un campeonato tremendamente irregular por parte de los grandes favoritos, es ya una prueba de fuego fundamental para valorar la dinámica del equipo. El Celta corre ahora el riesgo de quedarse solo en medio del desierto. Demasiado lejos del cielo y marcando las distancias por abajo. Betis y Rayo han superado sus tropezones, y superar los tres puntos de diferencia con el segundo clasificado puede significar el adiós al billete directo.
Estará Bustos en Balaídos. El mejor jugador celeste del año (qué derroche de ganas, contundencia y habilidad) regresará a un once donde Herrera deberá decidir si devuelve a Borja al banquillo o lo mantiene dirigiendo al equipo. ¿Conservará el míster celtiña la dupla sagrada Bustos - Garai? ¿Sacrificará al vasco? Sea como fuere, el objetivo es el mismo. Victoria o adiós al AVE a Primera.