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Nerea Conejo

En tierra hostil

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Que se le cayera o no el velo, es lo de menos. Que se diera cuenta o no, tampoco es lo más importante.

La notable entrevista que Ana Pastor hizo a Mahmud Ahmadineyad para TVE el pasado miércoles ha provocado opiniones muy diversas y en masa. Todas coincidentes en el excelente trabajo que realizó la periodista madrileña.

Ella dice que no ha hecho más que su trabajo: preguntar. Aunque lo cierto es que en territorio hostil y teniendo en frente a tan controvertida personalidad, su determinación e inflexibilidad en ciertos asuntos tocados en ese encuentro, son dignas de mención y reconocimiento.

Anoche en la Sexta, Buenafuente hizo cambiar las tornas con la presentadora y ahí fue ella quien tuvo que contestar. Con naturalidad y sentido del humor relató su experiencia y alguna anécdota vivida en Irán. Cómo no podía ser de otra manera, se acordó de los dos compañeros (Realizador y Productor) que viajaron con ella a Irán y en cierta medida, también se la jugaron. En un medio donde los grandes olvidados son los que no aparecen delante de la cámara y en ocasiones, se nos hace de menos, es de agradecer.

En su paso por el programa de “El Terrat”, se ofreció unos videos muy del estilo del formato, resumiendo sus entrevistas más leñeras. Diga lo que diga Pastor, no son muchos los profesionales de ese gremio tan contestatarios, que hagan su trabajo con esa dignidad, serenidad, naturalidad y sencillez.

En un par de ocasiones nombró a Iñaki Gabilondo, al que definió como uno de sus maestros. Vaya lujo y qué envidia. Si con 33 años ya tiene este nivel de excelencia, lo más seguro es que supere a sus preceptores en muy poco tiempo. Seguro que Gabilondo estará encantado de que así sea; hay que mejorar la raza.

A mi ya me enganchó cuando comenzó conduciendo el “59 segundos” de la televisión pública. Además, tuve la suerte de coincidir en un congreso sobre Periodismo Digital en Huesca hace un par de años, cuando aún ambas pertenecíamos a la misma empresa. Y hasta ahí las similitudes. Claro ejemplo de que el hábito no hace al monje. En su caso, que no siempre pasa con todos, es tal y como se la percibe en Televisión.

Volviendo a la entrevista con Mahmud Ahmadineyad, ojiplática y boquiabierta me dejó el presidente iraní cuando acusó a España de meter a la Oposición en la cárcel. Ahí Ana Pastor se plantó y le recordó que en nuestro país no están tipificados ni observados delitos ideológicos. Al iraní, por un oído le entraba y por el otro le salía. Qué sensación de impotencia.

No tan sorprendida quedé cuando durante más de media entrevista apenas dejaba meter baza a Pastor. Al fin y al cabo es un político, y esa costumbre de hablar por encima para que no se escuche lo que no le conviene, le vendrá de serie en el cargo.

Digo yo, que a la periodista le herviría la sangre en algún momento de esa situación que se tornó desagradable por momentos. Pero, ¡cómo aguantó el tipo!... Estoy convencida de que mis nervios no lo hubiesen resistido, señal inequívoca de que, como bien sé, todavía me quedan universos y universos por conocer y aprender. Ver entrevistas como esta, pienso que es un buen principio.

En tierra hostil

Nerea Conejo
Nerea Conejo
viernes, 18 de marzo de 2011, 23:00 h (CET)
Que se le cayera o no el velo, es lo de menos. Que se diera cuenta o no, tampoco es lo más importante.

La notable entrevista que Ana Pastor hizo a Mahmud Ahmadineyad para TVE el pasado miércoles ha provocado opiniones muy diversas y en masa. Todas coincidentes en el excelente trabajo que realizó la periodista madrileña.

Ella dice que no ha hecho más que su trabajo: preguntar. Aunque lo cierto es que en territorio hostil y teniendo en frente a tan controvertida personalidad, su determinación e inflexibilidad en ciertos asuntos tocados en ese encuentro, son dignas de mención y reconocimiento.

Anoche en la Sexta, Buenafuente hizo cambiar las tornas con la presentadora y ahí fue ella quien tuvo que contestar. Con naturalidad y sentido del humor relató su experiencia y alguna anécdota vivida en Irán. Cómo no podía ser de otra manera, se acordó de los dos compañeros (Realizador y Productor) que viajaron con ella a Irán y en cierta medida, también se la jugaron. En un medio donde los grandes olvidados son los que no aparecen delante de la cámara y en ocasiones, se nos hace de menos, es de agradecer.

En su paso por el programa de “El Terrat”, se ofreció unos videos muy del estilo del formato, resumiendo sus entrevistas más leñeras. Diga lo que diga Pastor, no son muchos los profesionales de ese gremio tan contestatarios, que hagan su trabajo con esa dignidad, serenidad, naturalidad y sencillez.

En un par de ocasiones nombró a Iñaki Gabilondo, al que definió como uno de sus maestros. Vaya lujo y qué envidia. Si con 33 años ya tiene este nivel de excelencia, lo más seguro es que supere a sus preceptores en muy poco tiempo. Seguro que Gabilondo estará encantado de que así sea; hay que mejorar la raza.

A mi ya me enganchó cuando comenzó conduciendo el “59 segundos” de la televisión pública. Además, tuve la suerte de coincidir en un congreso sobre Periodismo Digital en Huesca hace un par de años, cuando aún ambas pertenecíamos a la misma empresa. Y hasta ahí las similitudes. Claro ejemplo de que el hábito no hace al monje. En su caso, que no siempre pasa con todos, es tal y como se la percibe en Televisión.

Volviendo a la entrevista con Mahmud Ahmadineyad, ojiplática y boquiabierta me dejó el presidente iraní cuando acusó a España de meter a la Oposición en la cárcel. Ahí Ana Pastor se plantó y le recordó que en nuestro país no están tipificados ni observados delitos ideológicos. Al iraní, por un oído le entraba y por el otro le salía. Qué sensación de impotencia.

No tan sorprendida quedé cuando durante más de media entrevista apenas dejaba meter baza a Pastor. Al fin y al cabo es un político, y esa costumbre de hablar por encima para que no se escuche lo que no le conviene, le vendrá de serie en el cargo.

Digo yo, que a la periodista le herviría la sangre en algún momento de esa situación que se tornó desagradable por momentos. Pero, ¡cómo aguantó el tipo!... Estoy convencida de que mis nervios no lo hubiesen resistido, señal inequívoca de que, como bien sé, todavía me quedan universos y universos por conocer y aprender. Ver entrevistas como esta, pienso que es un buen principio.

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