En los barrios marginales suelen faltar conexiones a redes de agua potable e incluso el coste de este bien suele más caro que en las zonas residenciales. Hay otro dato preocupante que señala que un 88% de los 4.000 niños que mueren cada día por diarrea, lo hacen por culpa del agua contaminada.
Manuel Monfort / SIGLO XXI
El mundo se está urbanizando. Desde 2009, por primera vez en la historia de la humanidad, la población urbana supera a la población rural. El 93% de este crecimiento urbano tiene lugar en los países en desarrollo, y, de este, el 40% se produce en suburbios.
Suburbios en los que a menudo faltan conexiones a redes de agua potable y a infraestructuras básicas de saneamiento. Suburbios en los que el más pobre paga hasta 15 veces más por el agua que en los barrios residenciales.
El agua da la vida, pero también la muerte
Esta realidad acaba con la vida de 4.000 niños cada día. En este siglo, algo tan simple como la diarrea sigue siendo la segunda causa de mortalidad infantil en el mundo, detrás de la neumonía. Diarreas que en el 88% de los casos están relacionadas con el agua contaminada.
Para poder seguir soportando este ritmo de urbanización (una persona más en ciudades cada dos segundos) es crucial que municipalidades y gobiernos del sur, donantes, sociedad civil y organizaciones humanitarias aborden decididamente el problema del saneamiento urbano, conocido como “el patito feo” del desarrollo. Este mismo mes España ha reducido del 12,18% al 8,66% los fondos de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) dedicados a agua y saneamiento
Esta vez, también buenas noticias
Aunque, gracias a los progresos de China e India, podrá cumplirse en 2015 el Objetivo de Desarrollo del Milenio relacionado con el acceso a agua potable, África Subsahariana no lo conseguirá hasta el año 2040. El objetivo relacionado con el saneamiento básico está a años luz de su cumplimiento.