Tres derrotas y un empate ha tenido que soportar el juego del Villarreal B para volver a encontrarse con la dinámica de la victoria. Dicho así suena como si el filial amarillo no estuviera a la altura de la competición y estos atroces resultados fueran el usual pan de cada jornada en un equipo acostumbrado a deambular en la cuerda floja del descenso.
Alguien podría caer incluso en la cuenta que, tras forzar un propósito de enmienda frente el segundo clasificado, el grupo de Javi Gracia encontró la senda de la nitidez en su juego, lo que propició un resultado favorable. Pero lo cierto es que sólo aquel que ignore lo que lleva acaeciendo en la Liga Adelante durante el actual año puede acabar en tal conclusión, pues la realidad es bien distinta para el que ha gozado de los cuatro desdichados partidos del ‘Mini Submarino’ anteriormente mencionados.
Porque la realidad lo situó en el quinto puesto de la clasificación hace escasamente dos semanas tras conseguir acarrear un total de cuatro victorias en las que dejó su portería a cero como propina para el incrédulo. No obstante, la mala fortuna se cruzo en su camino hacia una gloria mayor dejándolo saborear un único punto de los doce siguientes restantes. Aludo la mala fortuna porque en todas las crónicas que llegaron a relatar estos encuentros la conclusión siempre era la misma: el Villarreal B ha merecido más.
Balaidos brindó finalmente la recompensa a los chicos de Xabi tras conseguir, posiblemente, la victoria menos merecida de los últimos encuentros. Sin caer en el error de que no fuera justa, el señor Pino Zamorano no defraudó (como es habitual en él) en su actuación y negó un tanto legal al conjunto celeste que hubiera significado el empate, quien sabe si muy probablemente, final en el encuentro. Sin embargo el asedio amarillo volvió a ser de nuevo constante sobre la portería rival.
En esta ocasión sirvió un escueto gol de Iago Falque para arrancar los tres puntos de Vigo y traerlos hacia Castellón. El atacante gallego protagonista del partido se sitúa como máximo anotador de su equipo. Algunos rumores ya lo colocan en las filas celtiñas para la próxima temporada tras el probable ascenso a Primera División.
Y vaya si pudo caer alguno más. Sino que se lo digan a Murillo y Bustos, quienes tuvieron que sacar la bola de debajo los palos a lo camicace. Falcón, en sendas intervenciones soberbias, y el larguero, en varias ocasiones más, evitaron que la herida escociese más de lo meritorio tras jugar prácticamente toda el segundo acto en superioridad numérica después de que el más polémico de los trencillas enviase a la ducha a Jaume Costa por doble amonestación.
Pero Javi Gracia demostró una vez más que su escuadra dispone de más recursos que una multinacional bancaria como se pudo vislumbrar en la actuación del todoterreno Natxo Insa como carrilero derecho después de que Mano protagonizara el susto del partido. Y es que el dirigente pamplonica ansia conseguir lo antes posible esos seis puntos que harán de la permanencia una realidad para la campaña siguiente. Un único objetivo que no parece que se le vaya a resistir al filial amarillo si no se desvía de la dinámica cosechada.