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Rodrigo Gil

El discurso de Mou

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Estuvo gracioso Mourinho el otro día con “El discurso del rey Florentino” en referencia a la oscarizada película británica de Colin Firth como protagonista principal. Lo que no sabemos es si la comparativa le habrá gustado al presidente del Real Madrid que, por otra parte, tiene en gran estima profesional a su entrenador a excepción de los múltiples ‘incendios dialécticos’ que provoca cada semana.

De todas formas, no se pueden quejar, sabían cómo era el portugués antes de ficharle y sabían que era el único que podía sacar su nave a flote. Tanto, tanto, que Mourinho dirige ya todo y todos, y avisa de que el Madrid es un “elefante dormido”. No le falta razón. El Real ha perdido toda la influencia que en su día tuvo con don Santiago Bernabéu y Luis de Carlos. Los presidentes más contemporáneos, los Mendoza o Sanz de turno, al menos mantenían el prestigio del Madrid en España y en Europa.

Pero todo eso ya no está porque cuando vino Florentino Pérez, un club que manejaban tres o cuatro con astucia, esto se convirtió en un emporio, en una gran compañía de marketing y, claro, todos aquellos lobbies fundamentales en el mundo del deporte, ya no los gestiona nadie.
Mourinho habla de esto y, como siempre tiene una bala en la recámara, avisa por si sus chicos no hacen los deberes ante al Lyon y caen: “Mi futuro está en Inglaterra”. Ya lo ha dicho –zorro viejo-, no engaña a nadie. Su futuro puede ser en junio o dentro de tres años si cumple el contrato pero, desde luego, está lejos de España.

De momento, le queda remar y quemar las naves ante el Olympique y el FC Barcelona, sus muros en Champions, Liga y Copa. Sabe que su ‘pulso’ con el Madrid (con las altas instancias) es proporcional a los títulos que consiga. Adelantemos el futuro: Si el Madrid consigue la triple corona, entonces Mourinho puede convertirse en el nuevo jefe de personal del Real Madrid; si consigue dos títulos, hasta junio de 2012 va a ser realmente intocable; si consigue uno, él mismo dejará la puerta abierta permanentemente a su salida; y si se queda en blanco… si se queda en blanco apuesto a que se marcha, pero no por los resultados en sí, sino porque sabe que sus enemigos internos, a la mínima, le van a echar a toda la grada del Bernabéu encima.

Mourinho es listo, sabe que necesita realmente tres años para cambiar las estructuras y el modelo del club. Ha cambiado cosas, otras no le habrán dejado, pero sigue viendo a la entidad FC Barcelona a años luz del Madrid y a los grandes transatlánticos ingleses (Chelsea, Manchester o Arsenal) más actualizados que los blancos.

Y a todo esto ha recuperado a Benzemà para la causa, que no es poca cosa.

El discurso de Mou

Rodrigo Gil
Rodrigo Gil
lunes, 14 de marzo de 2011, 17:06 h (CET)
Estuvo gracioso Mourinho el otro día con “El discurso del rey Florentino” en referencia a la oscarizada película británica de Colin Firth como protagonista principal. Lo que no sabemos es si la comparativa le habrá gustado al presidente del Real Madrid que, por otra parte, tiene en gran estima profesional a su entrenador a excepción de los múltiples ‘incendios dialécticos’ que provoca cada semana.

De todas formas, no se pueden quejar, sabían cómo era el portugués antes de ficharle y sabían que era el único que podía sacar su nave a flote. Tanto, tanto, que Mourinho dirige ya todo y todos, y avisa de que el Madrid es un “elefante dormido”. No le falta razón. El Real ha perdido toda la influencia que en su día tuvo con don Santiago Bernabéu y Luis de Carlos. Los presidentes más contemporáneos, los Mendoza o Sanz de turno, al menos mantenían el prestigio del Madrid en España y en Europa.

Pero todo eso ya no está porque cuando vino Florentino Pérez, un club que manejaban tres o cuatro con astucia, esto se convirtió en un emporio, en una gran compañía de marketing y, claro, todos aquellos lobbies fundamentales en el mundo del deporte, ya no los gestiona nadie.
Mourinho habla de esto y, como siempre tiene una bala en la recámara, avisa por si sus chicos no hacen los deberes ante al Lyon y caen: “Mi futuro está en Inglaterra”. Ya lo ha dicho –zorro viejo-, no engaña a nadie. Su futuro puede ser en junio o dentro de tres años si cumple el contrato pero, desde luego, está lejos de España.

De momento, le queda remar y quemar las naves ante el Olympique y el FC Barcelona, sus muros en Champions, Liga y Copa. Sabe que su ‘pulso’ con el Madrid (con las altas instancias) es proporcional a los títulos que consiga. Adelantemos el futuro: Si el Madrid consigue la triple corona, entonces Mourinho puede convertirse en el nuevo jefe de personal del Real Madrid; si consigue dos títulos, hasta junio de 2012 va a ser realmente intocable; si consigue uno, él mismo dejará la puerta abierta permanentemente a su salida; y si se queda en blanco… si se queda en blanco apuesto a que se marcha, pero no por los resultados en sí, sino porque sabe que sus enemigos internos, a la mínima, le van a echar a toda la grada del Bernabéu encima.

Mourinho es listo, sabe que necesita realmente tres años para cambiar las estructuras y el modelo del club. Ha cambiado cosas, otras no le habrán dejado, pero sigue viendo a la entidad FC Barcelona a años luz del Madrid y a los grandes transatlánticos ingleses (Chelsea, Manchester o Arsenal) más actualizados que los blancos.

Y a todo esto ha recuperado a Benzemà para la causa, que no es poca cosa.

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