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Etiquetas | Análisis. Real Sporting de Gijón
María Xosé Martínez

Posesión, efectividad y expulsiones

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El Sporting volvió a sumar en positivo tras la jornada de Liga de ayer. Un punto trabajado, aunque regalado al final del encuentro, hace que los de Preciado mantengan una diferencia de tres puntos con los tres equipos que ahora ocupan los puestos de descenso, que son Almería, Hércules y Málaga.

Los rojiblancos volvieron a demostrar, como lleva pasando en esta segunda vuelta en sus victorias o empates, que suele rematar los encuentros cuando la posesión del balón no les es favorable.

Las contras de la ofensiva asturiana se muestran así letales ante los rivales, porque los números así lo señalan. Cuando los de Preciado aguantan poco la posesión del balón, como ha ocurrido en los seis encuentros que ha ganado, como por ejemplo, el último encuentro ante el Getafe en casa, el resultado siempre ha sido positivo.

Y las veces que ha intentado manejar el encuentro, como el día del Deportivo o Levante, el resultado no ha sido nada bueno al no conseguir puntuar o sólo lograr un punto.

La estrategia, si se puede llamar así, es contraatacar al rival para dar el golpe de gracia en forma de gol. Robar el balón y salir a la contra, ese es el arma que guarda Preciado, ya que considera que por la forma técnica de sus jugadores esta es la mejor manera de conseguir arañar puntos en Liga.

Pero al técnico de Astillero, desde hace unos cuantos encuentros, le está saliendo un verdadero dolor de cabeza para armar el esqueleto de la alineación inicial para disputar la jornada correspondiente, y es que, se está haciendo monótono y tradicional, el que haya algún jugador que no acabe el encuentro.

El problema de esto, además de perder un jugador para el encuentro siguiente, es que algún partido se ha perdido por este tipo de acciones, como ocurrió en Sevilla hace dos semanas, o cuando se jugó frente el Athletic de Bilbao.

Después del último encuentro en El Molinón frente al Getafe, Preciado comentó a la prensa su preocupación por estas jugadas puntuales, en las que los asturianos estaban empezando a salir perjudicados seriamente y a lo que el técnico cántabro entendía que no era justo.

Y la verdad que si es cierto que muchas de esas expulsiones, en las que los colegiados no dudaron a la hora de sacar tarjetas, bien sean amarilla o roja directa, han sido parte de las culpables de los malos resultados, como pasó en ese encuentro ante el Sevilla.

La rigurosa expulsión de Eguren por un dudoso penalty, hizo que el Sporting desapareciera del encuentro cuando eran ellos los que comenzaban a mandar en el dominio del esférico. Frente al Athletic también se vivió algo similar, con un penalty y expulsión de Gregory bastante discutible.

Ayer frente al Villarreal, fueron José Ángel y Sastre los expulsados. El primero por doble amarilla: la primera por una mano, bastante discutible y la segunda por protestar cuando Cuéllar se lesionó –lo mismo que le pasó a Lora frente al Getafe que vio dos tarjetas bastante rigurosas- y a Sastre por roja directa al hacer falta a un rival cuando estaba acercándose a portería. La ocasión no era manifiesta de gol.

Empieza a ser un poco preocupante la rigurosidad con la que siempre echan a algún jugador del Sporting, ya sea en parte por la poca picardía de los propios jugadores rojiblancos, como la excesiva mano dura de los colegiados.

Sea como fuere, ayer Pérez Lasa parece que quiso limpiar un poco su imagen pitando un penalty inexistente con él que los asturianos se trajeron un punto para casa, gracias al buen hacer y la sangre fría de Diego Castro al materializar la pena máxima a lo Panenka. Un lujo que hizo justicia en el marcador final.

Ahora toca centrarse en el Almería, otro rival directo, y en el que Lora, Canella y Juan Pablo se perfilan, porque no queda otra, como titulares indiscutibles en el once inicial para ese encuentro.

Posesión, efectividad y expulsiones

María Xosé Martínez
Maria Xosé Martínez
lunes, 14 de marzo de 2011, 08:32 h (CET)
El Sporting volvió a sumar en positivo tras la jornada de Liga de ayer. Un punto trabajado, aunque regalado al final del encuentro, hace que los de Preciado mantengan una diferencia de tres puntos con los tres equipos que ahora ocupan los puestos de descenso, que son Almería, Hércules y Málaga.

Los rojiblancos volvieron a demostrar, como lleva pasando en esta segunda vuelta en sus victorias o empates, que suele rematar los encuentros cuando la posesión del balón no les es favorable.

Las contras de la ofensiva asturiana se muestran así letales ante los rivales, porque los números así lo señalan. Cuando los de Preciado aguantan poco la posesión del balón, como ha ocurrido en los seis encuentros que ha ganado, como por ejemplo, el último encuentro ante el Getafe en casa, el resultado siempre ha sido positivo.

Y las veces que ha intentado manejar el encuentro, como el día del Deportivo o Levante, el resultado no ha sido nada bueno al no conseguir puntuar o sólo lograr un punto.

La estrategia, si se puede llamar así, es contraatacar al rival para dar el golpe de gracia en forma de gol. Robar el balón y salir a la contra, ese es el arma que guarda Preciado, ya que considera que por la forma técnica de sus jugadores esta es la mejor manera de conseguir arañar puntos en Liga.

Pero al técnico de Astillero, desde hace unos cuantos encuentros, le está saliendo un verdadero dolor de cabeza para armar el esqueleto de la alineación inicial para disputar la jornada correspondiente, y es que, se está haciendo monótono y tradicional, el que haya algún jugador que no acabe el encuentro.

El problema de esto, además de perder un jugador para el encuentro siguiente, es que algún partido se ha perdido por este tipo de acciones, como ocurrió en Sevilla hace dos semanas, o cuando se jugó frente el Athletic de Bilbao.

Después del último encuentro en El Molinón frente al Getafe, Preciado comentó a la prensa su preocupación por estas jugadas puntuales, en las que los asturianos estaban empezando a salir perjudicados seriamente y a lo que el técnico cántabro entendía que no era justo.

Y la verdad que si es cierto que muchas de esas expulsiones, en las que los colegiados no dudaron a la hora de sacar tarjetas, bien sean amarilla o roja directa, han sido parte de las culpables de los malos resultados, como pasó en ese encuentro ante el Sevilla.

La rigurosa expulsión de Eguren por un dudoso penalty, hizo que el Sporting desapareciera del encuentro cuando eran ellos los que comenzaban a mandar en el dominio del esférico. Frente al Athletic también se vivió algo similar, con un penalty y expulsión de Gregory bastante discutible.

Ayer frente al Villarreal, fueron José Ángel y Sastre los expulsados. El primero por doble amarilla: la primera por una mano, bastante discutible y la segunda por protestar cuando Cuéllar se lesionó –lo mismo que le pasó a Lora frente al Getafe que vio dos tarjetas bastante rigurosas- y a Sastre por roja directa al hacer falta a un rival cuando estaba acercándose a portería. La ocasión no era manifiesta de gol.

Empieza a ser un poco preocupante la rigurosidad con la que siempre echan a algún jugador del Sporting, ya sea en parte por la poca picardía de los propios jugadores rojiblancos, como la excesiva mano dura de los colegiados.

Sea como fuere, ayer Pérez Lasa parece que quiso limpiar un poco su imagen pitando un penalty inexistente con él que los asturianos se trajeron un punto para casa, gracias al buen hacer y la sangre fría de Diego Castro al materializar la pena máxima a lo Panenka. Un lujo que hizo justicia en el marcador final.

Ahora toca centrarse en el Almería, otro rival directo, y en el que Lora, Canella y Juan Pablo se perfilan, porque no queda otra, como titulares indiscutibles en el once inicial para ese encuentro.

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