Sí, amigos, el estadio de la Ponferradina es un estadio con un aforo no muy amplio. Da cabida a 8300 espectadores sentados tras ser ampliado en 2006 con el primer ascenso a Segunda División, ya que anteriormente contaba con 6123 asientos.
Pero, ¿de qué se quejan algunos equipos visitantes, especialmente los “grandes”. Pues bien, su argumento o excusa cuando no les salen bien las cosas es que las dimensiones del terreno de juego son menores a las de su campo. Y yo les digo: ¡MENTIRA!
Las medidas del rectángulo de juego del estadio ponferradino son 105 x 70 metros, medida que requiere la UEFA para la disputa de sus competiciones oficiales. Tiene un drenaje correcto y riego por aspersión, es más, aunque últimamente se ha visto afectado por la climatología, es una auténtica alfombra, mejor que el de bastantes otros equipos de nivel similar y superior.
Su nombre es un diminutivo, “Toralín”. Pero esto no indica nada, es el nombre de la calle, al igual que, por ejemplo, el “Sardinero”. Es un estadio pequeño, pero cuenta con todas las instalaciones necesarias y que se requieren: Sala de prensa, 15 cabinas de radio independientes e insonorizadas, plataformas para cámaras de televisión (3 en Tribuna y una en el fondo sur), gimnasio, sala para recepción de autoridades, cafetería. Además de las oficinas, sala de juntas, vestuarios, enfermería, lavandería, etc.
Así que ya basta de excusarse en una cosa falsa, las dimensiones del estadio berciano son incluso superiores a las de los campos de grandes equipos como el Camp Nou y Santiago Bernabéu (105 x 68), o las del propio Benito Villamarín, que son las mismas que los dos anteriores y tanto hablaban de las reducidas medidas del estadio en el que empataron el pasado jueves.
Más claro imposible: Que el graderío no sea tan amplio no quiere decir que el terreno de juego tampoco lo sea.
Antes de criticar, se debe conocer el tema del que se habla. No sólo en eso la Ponferradina cumple, tiene el privilegio de tener una economía saneada y estar entre los 8 equipos de la LFP que no deben dinero.
Pese a ser un club humilde, está mucho más al día que bastantes otros. Pero en este negocio del fútbol, manda el dinero, y mientras se siga permitiendo a los demás equipos endeudarse y seguir compitiendo como si nada ocurriera, los equipos que cumplen las leyes seguirán pagando las consecuencias de los grandes.