De ahora en adelante, en esta columna de opinión se analizarán microrrelatos que a juicio de su autor sean considerados dignos de tal merecimiento, intentando desmenuzarlos y sacarles toda la parte del iceberg que no se ve debido a que el microrrelato es una narración breve que se sirve de los silencios y cuya estructura es sistemática, pues todas sus piezas tienen in significado concreto y funcional.
Para inaugurar esta nueva dirección temática, he optado por elegir un microrrelato que recientemente ha sido finalista en el VII Certamen de Literatura Hiperbreve, convocado por Pompas de Papel. El microrrelato se titula Los amigos y es obra de Jacobo Souto Bóveda. Dice así.
¿Qué es la amistad?
Una vez vi a dos jóvenes en la calle. Estaban hablando, y uno parecía preocupado. Finalmente su compañero, tras darle una palmada en los hombros sonriendo, dijo: -Ve con ella, que a ella la puedes perder; a mí no-
Como podemos observar tras una lectura en profundidad, han bastado 43 palabras, sólo 43, para forjar una breve obra de arte literaria. Y la brevedad no es simplemente contar algo en pocas palabras, sino contar algo que, a priori, es extenso y a veces incluso, inabarcable. Esa es la grandeza de la brevedad y de ahí, su evidente dificultad.
No suele ser habitual empezar un microrrelato por una pregunta, pero en este caso, es una manera de captar de manera rápida y directa la atención del lector. Además, se trata de una pregunta muy común y que todos nos habremos formulado alguna vez. Después, con maestría, el autor inicia la narración –otro elemento clave del microrrelato- enmarcando la pregunta en una historia concreta y cotidiana.
Pero, la grandeza de este microrrelato está en otro de esos elementos clave: los silencios. En este caso, el lector no sabe de que están hablando los dos jóvenes, ya que, a través de una elipsis u omisión, se logra pasar al desenlace directamente que termina con un giro inesperado –otro elemento clave- dejándonos sorprendidos a todos, incluso al protagonista del propio texto.
Por último, el impacto emocional, que se consigue mediante una última frase que a todos nos gustaría que nos dijeran en una situación similar. Se trata, por tanto, de un microrrelato completo, sin fisuras, cualquier palabra o añadidura sólo empañaría la brillantez del mismo. Es breve, tiene elementos narrativos, sentimentalidad, cotidianeidad, giros inesperados y silencios. Muchos silencios.