Había acostumbrado mal el Hércules al inicio de la temporada con sorpresas a sus aficionados. La victoria ante el Barça y los buenos partidos ante Sevilla, Villarreal, Athletic de Bilbao y Real Madrid hacían que los pensamientos se fueran, incluso, más allá de la permanencia. En la segunda vuelta se ha caído a la cruda realidad, y el descenso está más cerca que nunca.
Así que al aficionado no le queda otra que agarrarse a que el matagigantes vuelva a hacer de las suyas ante un grande. La última gesta fue ante el Atlético en casa, ¿quién dice que no toca esta semana la siguiente?
Lo cierto, ante todo, es que se juega fuera de casa. Y eso son ya palabras mayores. Ni siquiera vamos a nombrar los partidos que hace que no marca lejos del Rico Pérez. Diremos que hoy tiene enfrente al Villarreal, uno de los equipos que, junto al Barça, despliega mejor fútbol en Liga. ¡Eso sí sería una gran victoria y una gran sorpresa!
El partido de ida acabó 2-2, pero en casa, claro. Aunque algo se habrá aprendido de entonces. Y se recuerda que fue un choque de tú a tú, de idas y venidas, como ha reconocido Esteban Vigo esta semana. Así que un atisbo de esperanza está puesto en el aficionado blanquiazul.
La sorpresa sería mayor por un detalle muy significativo: seis bajas arrastran los alicantinos para el envite de entresemana. Muchos hombres titulares que pueden ver desde casa una nueva gesta de los herculanos. ¿O acaso Hércules no era un dios? A ver si repasamos la historia y confiamos en el equipo.