Poco a poco vamos perdiendo las esperanzas de mantenernos en la categoría. Sabíamos que iba a estar muy difícil, pero con la actitud que se mostró desde el principio de la temporada no se va a ninguna parte
Un nuevo sueño en Segunda. Todavía me acuerdo de la emoción del día del ascenso. Tan solo una vez habíamos vivido tal cosa, pero no había sido en nuestra casa. Después de tres temporadas con la ambición de retornar al fútbol profesional, por fin se consiguió superando una difícil eliminatoria contra el Sant Andreu, habiendo quedado como líderes de grupo. El Toralín estaba a rebosar, no cabía un alfiler, había más de 10000 espectadores, y el estadio tiene capacidad para 8300. A todos se nos hacía la tanda de penaltis interminable, y cuando Mackay paró el definitivo todos los bercianos nos sentimos desbordados de alegría.
Pero, tanta felicidad, ¿para qué?, ¿para que luego vayamos haciendo el ridículo por España?
La temporada había sido muy buena, sí, pero los fallos que se cometían se siguen cometiendo ahora. Esos fallos quizá en Segunda B no tengan tanta importancia, pero en la Liga Adelante se pagan muy caro. La mayoría de los goles han sido a balón parado y los tres porteros han pasado por el marco blanquiazul. Primero Queco Piña, con 1,95 de estatura, fallaba por alto. Después Mackay, un porterazo pero que por arriba también falla. Y luego Alejandro, ha jugado un partido y parece que estuvo seguro, pero no hemos comprobado cómo anda por alto. A lo mejor con un entrenador de porteros en el club podría solucionarse algo, pero… la directiva piensa que es innecesario…
No es ni mucho menos el único error en el apartado de gestión del club, pero ahora mismo no me apetece enumerarlos todos. El más abultado y que se ve a simple vista es la planificación de la plantilla, muy amplia pero con poca calidad, como ha reconocido hasta el propio técnico. Hacían falta refuerzos, pero si se traen a última hora y son los que no quieren los demás equipos no vamos bien. No pretendo ofender a ningún jugador de la plantilla, porque además hay algunos que se salvan, pero en mi opinión si se hubiera mantenido el grupo del año pasado, pese a no tener “calidad”, ahora estaríamos haciendo algo más. Por lo menos ese grupo de futbolistas se conocían a la perfección y estaban compenetrados, pero el club lo deshizo.
Ya solo pedimos que el equipo compita, por amor propio y por respeto a su afición, que no quiere que la Deportiva se vaya arrastrando por la cola de la Segunda siendo un chollo para los rivales.
Puedes tener mala suerte, pero para mantenerse en Segunda, un club tiene que estar a la altura de la categoría, en todos los aspectos.