La Segunda división tiene muchas veces poco reconocimiento en nuestra Liga. Es esa categoría que suele quedar relegada a un segundo plano y a la que se le da menos importancia. Sin embargo, para muchos es su liga, su vida y viven cada partido como si fuera una final de Champions.

Así lo comprobé en la jornada pasada. El sábado acudí a Balaídos a ver el Celta- Tenerife. Un partido entre un equipo, el gallego, que aspira a todo esta temporada y que en estos momentos es líder de la categoría con 51 puntos y a 5 del tercero (que tendrá que disputar la promoción por el ascenso) y otro, el Tenerife, que sigue ‘acumulando entrenadores’, ya van tres, y que volvió a cosechar otra derrota que lo mantiene en la zona de descenso.

El ambiente antes del partido era mucho mejor que en algunos campos de Primera división. Mucha policía en los alrededores, los ‘celtarras’ animando como si fuera un partido decisivo y en cada bar cerca de Balaídos los hinchas vigueses animando al Nástic que jugaba en el Teresa Rivero contra el Rayo.

Cuando entré en el campo, el Nástic ganaba por 1-0. A falta de 10 minutos para el inicio del partido del Celta, llamé a un amigo que estaba en el Teresa Rivero, cuando no me cogió el teléfono sabía que algo malo había pasado y que los vigueses no podían desaprovechar la oportunidad.

Comenzó el encuentro y en el electrónico se reflejó ese empate final entre Rayo y Nástic. El Celta salió a por todas y, aunque fue el claro dominador del partido y dispuso de claras ocasiones de gol, le costó cuajar el juego y, sobre todo, llegar a la portería contraria.

Pero después de mucha insistencia y de muchas ganas por llevarse esos tres puntos vitales de cara al objetivo de los gallegos, ascender, Michu apareció cuando se rozaba el final del partido para marcar el gol de la victoria. Ese gol que hace que una ciudad entera esté pendiente de un equipo, ese que hace que la afición se lo crea, que hace que Balaídos entero cante el “Volveremos, volveremos…a Primera…volveremos otra vez”, ese que hace que la Segunda tenga sentido.