Aviso para navegantes. En los últimos días se está hablando (primero en la prensa catalana y posteriomente en la nacional) del caso Jon Toral Harper, un chavalillo de 16 años que recientemente ha firmado un contrato con el Arsenal para unirse a su fútbol base y dejar la cantera blaugrana.
Este jovencísimo futbolista ha batido récords en la Masía en questión de goles (y eso que es centrocampista) y ya hace un tiempo que los ojeadores de los gunners revoloteaban por San Joan Despí para observar sus evoluciones. Pues bien, el aviso es el siguiente: su caso no es similar al de Cesc Fábregas.
Sí, es cierto, se va con 16 años y al Arsenal (algunos o quizás todos los nostálgicos pensaran rápidamente en el de Arenys de Mar), pero el caso es bien distinto. Para empezar, la madre del joven Jon es inglesa, por lo que sus raíces también están en las Islas Británicas. Ese punto ha sido clave para que la familia y el cadete tomaran la decisión. Pero hay más cosas. Estaba deseando dar el salto al fútbol inglés, el cual considera el mejor de todos.
En el caso de Cesc, en su día, nos tenemos que remontar a la época del cambio de la presidencia de Joan Gaspart con Joan Laporta. En esos días había un vacío legal que impedía hacer cualquier negociación con nadie, ni tan siquiera por un chaval de 16 años que, viendo que se le hacía un contrato profesional, decidió emigrar. Ahora, en plenas capacidades para decidir, la junta directiva de Sandro Rosell y el fútbol base blaugrana han decidido no romper con la filosofía del club y no pujar por un chaval tan joven y al cual no se le puede hacer contrato por tener 16 años justos.
350.000 euros son los que percibirá el Barça por los derechos de formación. Toral, que tiene como representante a Pere Guardiola (hermano del entrenador del primer equipo), puede que no vuelva a jugar con el Cadete del Barça por enfado de sus entrenadores. El hecho de su anuncio tan decidido al Reino Unido ha sentado muy mal al seno blaugrana, que pensaban en él para que liderara el Juvenil A la temporada que viene.
Es pues un deber explicar que los dos casos (Cesc y Jon) son diferentes. Van por senderos distintos aunque ambos llegan al mismo sitio. Solo queda desearle suerte en su nueva aventura y muchos logros para un jugador que dará que hablar. Eso sí, que los sentimientos no nos hagan perder el norte. Sigue siendo “amoral” el hecho de llevarte jugadores tan jóvenes en cantidades tan grandes de dinero a otras canteras y más concretamente el ejército de Arsene Wenger. El Barça deberá, en todo caso, intentar blindar de alguna forma a estas jóvenes promesas.