A la hora de hablar de según qué futbolistas, puedes comentar quienes tienen un carácter bueno, o uno malo. Pero a la hora de la verdad ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos.
Estos días, como suele pasar siempre que se habla de según qué futbolistas, los medios de comunicación y varios “pseudo comentaristas deportivos” llenaron las teclas de sus ordenadores con graves descalificaciones a Pandiani y sobre todo a Gattuso.
Pandiani, ese tipo que va en camión a entrenar, y que todo el mundo sabe que colabora en varios proyectos sociales en su país, tuvo “la brillante idea” de contestar a CR7 y ahora todo el mundo carga contra él. Y eso que más de la mayoría de la gente que lo critica, está de acuerdo con las contestaciones del “rifle” ante el portugués.
Gattuso por su parte, siempre vivió, vive y vivirá con ese halo de matón que le caracteriza. Sí, yo no veo diferencias entre lo que hace Gatusso y lo que hace Puyol, los dos entran fuerte y ocultan sus carencias técnicas con poner “testiculina” a la hora de jugar. Pero Puyol es un bravo jugador, y Gatusso un jugador bravo.
Gattuso se equivocó el otro día en el partido frente al Tottenham, sí. Pero no hizo más que lo hizo Zidane frente a Materazzi, y encima con mayor sanción. Él respondió a una agresión anterior y él mismo admitió al finalizar el encuentro que se le fue la cabeza. Y estas cosas, como el doble rasero a la hora de sancionar, son lo que me saca de quicio.
¿Qué se valora? ¿Qué un jugador realice una agresión? O ¿Hay que realizar primero un estudio de valores de cada jugador? Una agresión siempre es una agresión la realice quien la realice, bien sea Messi escupiendo a un jugador del Málaga, Zidane dando un cabezazo a un jugador italiano, Gatusso agarrando por el cuello a un segundo técnico inglés, Cristiano Ronaldo soltando una patada a un jugador del Hércules, Sergio Ramos empujando a Puyol...
No estamos para enjuiciar a los futbolistas, porque él que esté libre de pecado que tire la primera piedra.