Una de las cosas que más aprecio en el deporte es su capacidad de regenerarse. La sencillez con la que una temporada se olvida y un año nuevo irrumpe con igual poderío que su predecesor. Quien les escribe estuvo en Balaídos hace siete años para disfrutar con el debut en Champions del Celta de Vigo. Un ejemplo entre mil en una época gloriosa. Pero aún así, a pesar de la cercanía, un cosquilleo inevitable me recorría el cuerpo a la hora de actualizar la tabla de clasificación.
Un misil de Michu fue suficiente. El gol que vale un liderato (fotolog)
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Líderes. Es anecdótico todavía, pero qué bien sabe. La presión por encabezar la categoría no hizo fácil el recambio. Pudo ser hace una semana, pero no se consumó hasta el suspiro final de un partido trabado frente al Tenerife. Avisa Herrera: "A partir de ahora todos serán así". Mientras la inspiración llegue, se hará soportable.
El gol de Michu (reivindicación al máximo nivel) rentabiliza los tropiezos del Rayo y ratifica que un equipo con dos derrotas en veinticinco partidos debe estar en lo más alto. Nadie podría imaginar algo así hace un par de años, pero
el Celta, además de líder, es el proyecto más estable de todos los grandes favoritos. Ver para creer.
El conflicto bético (cambio de presidente incluido), unido al desgaste copero, han convertido al club andaluz en un coleccionista de derrotas. El Rayo sufre la administración empresarial de Ruiz Mateos, y deberá comprobarse hasta donde aguanta una entidad que comienza el duro camino que los celtiñas han sufrido las últimas temporadas. La ley concursal exige paciencia o dinero. La necesidad imperiosa de ascender puede complicar las opciones vallecanas.
En casa Celta todo parece irrompible. Herrera ha sido renovado tras construir un bloque tremendamente equilibrado, con canteranos gozando de un merecido protagonismo y líderes de gran experiencia. Es tal la confianza, que hasta en un partido mediocre de su guía espiritual Quique de Lucas y la desaparición de su pichichi David Rodríguez, el equipo consigue sacar adelante un encuentro bronco frente a un Tenerife renovado.
La jornada ha sido de las de releer las crónicas una y otra vez. Hasta el Granada y el Xerez han pinchado, abriendo un colchón de puntos cada semana más importante. Queda demasiado como para encargar el Alvariño, pero el Celta es hoy en día la institución más preparada para lograr el ascenso de categoría. Ya era hora.