Si a algún aficionado del Cajasol se le ocurrió, por casualidad, abandonar San Pablo un minuto antes de que sonara la bocina, a buen seguro que lo lamentará de por vida. En un final que pasará a la historia de la entidad sevillana, equiparable quizás al desenlace de la liga 2004-2005 con el triple de Herreros, el Cajasol levantó al Unicaja un 66-73 adverso para terminar ganando por cinco puntos. Increíble.

Ficha técnica 82- Cajasol: Satoransky (12), Bullock (21), Sastre (-), Katelynas (-), Davis (12) -cinco inicial--; Calloway (13), Urtasun (4), Triguero (5), Ivanov (10) y Kirksay (5). 77- Unicaja: McIntyre (10), Berni R. (8), Blanco (9), Freeland (18), Archibald (5) --cinco inicial--; Fitch (3), Blakney (8), Rubio (2), Tripkovic (8) y Printezis (6). Parciales: 8-19, 19-12, 18-18 y 37-28 Árbitros: Gª Ortiz, Sánchez Monserrat y Martínez. Eliminaron a McIntyre, en el Unicaja, por faltas personales. (1). Incidencias: 7.200 espectadores en el Palacio de Deportes San Pablo (Sevilla), muchos de ellos del Unicaja. Datos destacables Lo mejor: El minuto final del Cajasol Remontar siete puntos en un minuto y terminar ganando por cinco no es algo que ocurra todos los días. San Pablo se vino abajo con elapoteósico final de su equipo. Lo peor: El último minuto del Unicaja Por mucho que el rival está inspirado, un equipo que quiere luchar por estar arriba no se puede dejar remontar un partido de esa forma. El Cajasol, en puestos de play-off. La cuarta victoria consecutiva en la ACB –octava en total sumando las de la Eurocup- y la abultada derrota del DKV Joventut en Manresa colocan a los sevillanos en los lugares que dan derecho a disputar el play-off.

Víctor Díaz / Sevilla

Faltaba 1:04 para que sonara la bocina por última vez, cuando sendos triples de Tripkovic y de McIntyre estiraron el marcador (66-73) de forma aparentemente definitiva para el Unicaja, que estaba haciendo un partido muy serio ante un Cajasol que era incapaz de reducir la renta malagueña en el definitivo período.

Parecía que la victoria viajaría a Málaga, pero entonces tuvo lugar el minuto de mayor locura y apoteosis baloncestística que se ha vivido en Sevilla en muchos años. Un tiempo muerto de Joan Plaza reactivó de tal manera a los suyos que, para comenzar, provocaron un 2+1 por parte de Paul Davis. El pívot americano falló el adicional, pero el rebote le llegó a Bullock que anotó un triple espectacular.

Con 47 segundos por jugarse, el Cajasol había recuperado de una tacada cinco de esos siete puntos; pero hubo más. Los sevillanos recuperaron el balón merced a una fuerte defensa ante el estupor del Unicaja, y en una contra fulminante el reaparecido en la ACB Calloway se jugó un triple suicida para poner por delante a los suyos (74-73), ante el delirio del 85% de los 7.200 espectadores que casi llenaron San Pablo.

Acto seguido McIntyre cometió pasos y la ruleta de los tiros libres le dio al Cajasol un triunfo tan importante –le mete en el octavo lugar de la clasificación- como inesperado apenas instantes atrás. En los anales, quedarán los 37 puntos que el Cajasol consiguió en el último cuarto.

Para el Unicaja, que al menos salvó el “average”, ha sido un palo duro, como demostró su técnico, Chus Mateo, que dio la rueda de prensa bastante “tocado” de ánimos. Los costasoleños no terminan de arrancar, y con finales tan negativos como éste van a tener muy complicado llegar a la fase por el título.

Hasta entonces, partido “normal”
Fue un desenlace milagroso, tal que ni uno solo de los presentes en el Palacio de los Deportes se lo podía esperar dado el cariz visitante que estaba tomando el choque. El Cajasol comenzó dando fuerte, con un triple de Satoransky en la primera jugada, pero no fue más que un espejismo.

Arropados por la numerosa afición desplazada a Sevilla, los malagueños pronto lograron imponer su asfixiante ritmo defensivo –contando con una cierta permisividad arbitral- y, con Berni pegado a Bullock, también anularon el poder ofensivo de su rival. Sin hacer espectaculares porcentajes de tiro, y gracias a los siete puntos de Saúl Blanco, el Unicaja se marchó once puntos arriba (8-19, min. 10).

El segundo cuarto, no obstante, fue otra historia. Los de Joan Plaza reaccionaron apretándose las clavijas, y gracias a la lucha de Ivanov (6 puntos en este período) y al acierto de Bullock en los tiros libres lograron acercarse bastante. El Cajasol llegó a ponerse a uno de Unicaja (23-24), pero los puntos en la zona de Archibald y Freeland permitieron a los malagueños salvar su ventaja al descanso (27-31).

El cuadro hispalense continuó con su progresión y, pese a que el Unicaja volvió a coger cinco puntos (33-38), un triple de Calloway, dos tiros libres de Triguero y una bandeja en contraataque del reaparecido base norteamericano dieron a los sevillanos su segunda ventaja de todo el partido (42-41, min 28). No obstante, poco después Blakney enlazó dos triples consecutivos (43-49) con los que el Unicaja comenzó a hacer un serio intento de fuga.

Los malagueños mantuvieron su renta en torno a los siete puntos durante muchos minutos del último cuarto gracias al “traje” que primero Freeland y luego Printezis le hicieron en la zona a la defensa del Cajasol. 9 puntos del británico y 6 del griego –que le dio relevo durante algunos instantes- hicieron estériles, por momentos, los intentos de Bullock por acercar a los suyos. Todo ello justo antes de la locura final.

Sala de prensa

Chus MateoEntrenador del Unicaja “Estoy realmente dolorido por la forma de perder, porque hemos perdido en el último minuto un partido casi cerrado, con errores absolutamente infantiles e imperdonables para un equipo como el nuestro. Probablemente esto haya sucedido por el deseo que tuvo el Cajasol en ese momento, que nosotros no hemos igualado, a diferencia de lo que habíamos hecho durante todo el choque. El último minuto ha sido absolutamente desastroso por nuestra parte, y creo que es una forma bastante cruel de no respetar el buen trabajo que estábamos haciendo”.

Joan Plaza Entrenador del Cajasol “Ganar a Unicaja, un equipo de Euroliga, nos apetecía, y nos permite ser capaces de seguir creciendo como equipo, que es lo más importante de todo el año. Soy consciente de que no hemos hecho un gran partido; jugábamos ante un equipo duro, con mucho banquillo, y nos ha costado implantar nuestra defensa y nuestro ataque. Pero a pesar de no estar finos, si tú remas, si tú bregas, si tú crees, si realmente estás implicado al final sueles tener premio o casi, y nosotros lo hemos tenido”. “En el último tiempo muerto, cuando la gente creía que la victoria se iría vía Málaga, el equipo ha sido consciente de que era capaz de remontar los siete puntos. Hay que intentarlo, dejarse la piel hasta el último segundo, y así uno se puede acostar convencido de que ha dado lo mejor de sí. El parcial final deja bien claro que el equipo ha estado hasta las últimas, que es para lo que nos pagan y lo que debemos ejecutar allá donde estemos”. “No ha sido éste el último minuto más loco de toda mi carrera. Hay otro que ya os lo comentaré, que no lo olvidaré en mi vida y que me marcó durante años porque además lo perdí. Pero entiendo que hubiera gente que estuviera ya encargando la paella en Málaga; es normal”.