La mayoría de los aficionados bercianos ya han perdido la ilusión. Aunque en el fondo mantienen viva la llama de la esperanza, son sabedores de que las estadísticas no invitan al optimismo.

La permanencia está a más o menos 30 puntos, y pasada la mitad de la competición, la Ponferradina tan sólo ha conseguido 18. Habría que ganar unos nueve partidos y empatar alrededor de cuatro, para conseguir la salvación, cosa que se prevé prácticamente imposible.

Hasta la fecha la Deportiva acumula únicamente tres victorias. La primera de ellas fue en Albacete in-extremis, por 0 a 1. Las otras dos fueron ante Salamanca y Las Palmas, ambas en El Toralín. Los otros 9 puntos restantes se han conseguido con empates.

Habría que obtener entre 44 y 52 puntos aproximadamente, dependiendo de cómo se desarrollase la competición. Es decir, en lo que queda de segunda vuelta sacar los mismos puntos que ha conseguido un equipo de la zona media hasta ahora, como pueden ser el Alcorcón o el Elche, por poner algunos ejemplos. Visto así no parece tan descabellado, pero viendo jugar al equipo, sobre todo en casa…

La semana pasada Joseba Del Olmo realizó unas declaraciones que no gustaron nada a la afición. Vino a decir que él prefería que le animaran a que le silbaran, y que si él fuera un aficionado no silbaría a su equipo. Todo esto después de ver la actitud con la que salieron al campo la primera parte del partido ante el Alcorcón. Después fue Claudio Barragán a arreglarlo, diciendo una cosa con la que estoy muy de acuerdo: “No pueden quejarse. Son unos privilegiados, cuántos desearían poder estar donde están ellos. Tienen que seguir trabajando y poner todas las ganas que puedan”.

Y es que, señores y señoras, en 2006 quizá es verdad que la plantilla tenía un poco más de calidad. Pero remediaba sus carencias saliendo a luchar sin rendirse en ningún momento. Aquel año descendimos clarísimamente por los árbitros, que nos trataron de pardillos. Esta temporada no hay árbitros que valgan, lo que nos han quitado ha sido lo normal y lo mismo que a otros equipos, este año lo que falta es la garra y el coraje de aquella mítica campaña con los Raponi, Risso, Ramírez y compañía. Nadie queda ya de aquella plantilla, exceptuando a Rubén Vega, lesionado hasta final de temporada.

Amigos, esos que nos hicieron ilusionarnos hace 5 años no están, pero estos también pueden hacerlo. Se aguantó hasta casi el final con el mismo míster y no nos salvamos, creímos que la destitución se hizo demasiado tarde. A lo mejor si se hubiera hecho algunas jornadas atrás la historia blanquiazul hubiera sido diferente, quién sabe. Ahora, en el año 2011, las cosas no iban bien en enero, y por la ansiedad de no cometer el mismo error, echamos a Granero en mitad de la competición. Ahora, Claudio Barragán ha dado un nuevo aire al equipo, volviendo a dar minutos a jugadores olvidados por el antiguo míster que están cuajando buenas actuaciones, pero las victorias no llegan.

No pueden salir acobardados en su propio estadio, sabiendo que esta afición, a poco que se le dé, va a estar con el equipo a muerte, como siempre ha hecho. Los jugadores deben saber que El Toralín ha de ser su fortín inexpugnable si quieren estar un año más en Segunda División, y no salir a jugar a ver qué pasa.

Para los más optimistas, ahí va un vídeo: