No voy a ser yo, la que vaya a defender la actitud de Preciado en su duelo dialéctico con Mourinho. Pero sí, que voy a defender el trato vejatorio que recibió el técnico de Astillero de los medios madrileños, tanto de radio como de televisión.
Y es que después de cerrar a todos la boca con el empate del sábado pasado, y de ver como estos propios medios han tenido que “recular” en muchas de sus comentarios, tanto para el técnico como para el equipo -es lamentable tener que leer en esas redes sociales tan en boga hoy, como periodistas como Miguel “látigo” Serrano celebra las derrotas de los rojiblancos- sólo porque a los de la capital les pica el orgullo.
Pues en Asturias también nos pica. Y con un equipo que tiene el segundo presupuesto más bajo en plantilla, ha podido arrancar un punto ante el mejor equipo de la historia del fútbol, y para ello sólo necesitó: ganas. Ni millones, ni arbitrajes polémicos, ni nada por el estilo. Ganas, entrega, lucha y creerse que nada es imposible.
El sportinguismo es humilde, pero no tonto y sí, al final nos empataron, pero no nos metieron cinco. Otros a estas alturas de la película no pueden decir lo mismo y sólo les queda rectificar, y comerse más de la mitad de las cosas que han dicho o escrito.