Tras la destitución de Calderón, el Albacete ha vuelto a confiar su suerte a David Vidal
La última derrota del Alba, el pasado viernes en Granada, fue la gota que colmó el vaso. Después de cinco jornadas sin anotar un solo gol y dando una pobrísima impresión, el consejo de administración que preside Rafael Candel decidió poner fin a la andadura de Antonio Calderón al frente del Albacete Balompié.
No era más que cuestión de tiempo. La aparente tranquilidad con la que los directivos del Albacete habían llevado la última mala racha en la que se ha visto inmerso el equipo manchego no era más que un mero intento por no precipitar la salida de Antonio Calderón que se mantenía en su cargo más por motivos económicos que otra cosa.
Ni el mercado invernal en el que se realizaron ocho incorporaciones ha servido para evitar una destitución poco conveniente para la entidad dada su maltrecha economía. Después de superar una primera racha negativa de once partidos sin ganar, Antonio Calderón, había logrado reconducir la marcha de su equipo tras el parón navideño. Sin embargo, los nuevos fichajes que devolvieron al equipo a una nueva pretemporada en el mes de Enero y las lesiones de varios de los puntales como Tato o Sumy, ambos recientemente recuperados, han hecho que los malos resultados vuelvan al Belmonte. Ante este panorama, finalmente, el pasado domingo ocurrió lo inevitable y ni el dinero ni la ley concursal fueron suficiente aval para que Calderón mantuviera su puesto como entrenador de los manchegos. Atrás quedan casi ocho meses de trayectoria irregular en los que el técnico gaditano no ha conseguido ganarse la confianza de su afición.
Cinco victorias, ocho empates y once derrotas en veinticuatro partidos ha sido un pobre bagaje para un entrenador que venía precedido de una merecida fama tras dos años en los que logró salvar a un muy limitado Huesca.
Lo más curioso de toda esta historia ha sido tanto el nombre del sustituto como la prontitud con la que ha sido contratado. Si en otras ocasiones, ha sido un técnico interino el que se ha encargado de dirigir al equipo momentáneamente hasta la llegada de un nuevo entrenador, en esta oportunidad, la llegada de David Vidal, nuevo preparador manchego, y que ya entrenó al Albacete la pasada temporada, fue anunciada sólo unas horas después que la destitución de su predecesor.
Anecdóticamente, Vidal, que el año pasado ya se encontró con una situación muy parecida a la actual, no renovó con el Albacete Balompié por razones meramente económicas. El técnico gallego exigió unas cantidades prohibitivas dada la maltrecha situación del equipo albaceteño. Al fin, el tiempo ha actuado como juez y ni el dinero ni la ley concursal han logrado evitar que la parroquia manchega vuelva a contar con uno de sus ídolos.
Por delante, dieciocho finales en las que el Alba luchará, otro año más, y ya son muchos, por evitar el lobo del descenso.