Sin Nicki Bille, ni Gullón, ni Insa, ni siquiera Mano. Hasta cuatro jugadores indiscutibles en el organigrama de Gracia constaban como bajas en el encuentro frente el Albacete del sábado tarde. Un inoportuno contratiempo que dificultaba la ya de por sí complicada tarea de sumar una nueva victoria a domicilio y ante un rival precisado de puntos y buenos resultados.
Solución: volcar confianza suficiente con un cambio natural en el carril derecho alineando la impericia de Ángel Ortega, recomponer la medular dándole una nueva oportunidad al juego (en un principio) desaborido de Castellani y la lozanía solícita de Nico para, finalmente, rematar tal esbozo colocando en la parte ofensiva desde el inicio al “titular sin lugar” Marquitos. Todo esto amenizado por la escasa labor de un ocioso contrincante.
Recompensa: paseo por La Mancha sin apenas empapar la elástica, tercera victoria consecutiva (de nuevo, ante un equipo con nombre) y lo más importante y al mismo tiempo más encubierto de todo (que no es nada más que el ardid tan buscado y por el que Javi Gracia tanto a suspirado), 284 minutos sin ver a Mariño recoger el balón del fondo de su propia meta.
El técnico navarro lleva derramando una gran dosis de paciencia y perseverancia en lo que acaece en torno a los quehaceres defensivos durante toda la temporada. Parece que finalmente ha dado con el logaritmo que satisface sus necesidades y las del filial amarillo al confiar los peligros de la retaguardia a la pareja de centrales formada por Kiko y Truyols. Ambos se han asentado en la zaga del once inicial por aportar una mayor seguridad en los numerosos experimentos realizados.
Y es que la importancia de la solidez defensiva se había convertido en el objetivo primordial para Javi Gracia tras el consabido poder ofensivo del que dispone el ‘Mini Submarino’ y así conseguir el equilibrio perfecto entre la zona alta y la zona baja del campo. Porque si se logra mantener la portería a cero, sólo es cuestión de minutos que los atacantes del equipo alcancen los tantos necesarios para ir sumando, sobretodo gracias al buen estado de forma en el que se encuentran Bordás y Falqué a los que algún día dedicaremos algunas líneas.
En conclusión, la racha se extiende a un total de 6 victorias, 2 empates y 1 derrota en los últimos nueve envites, sumando 20 puntos de los 27 posibles. Otra victoria ante la Ponferradina esta jornada como local podría situar al filial amarillo en 4ª posición siempre y cuando el Granada caiga en casa ante el Albacete y Xerez no pueda superar al Numancia en su visita a Soria: algo poco probable. Aunque el único objetivo al que puede aspirar el Villarreal B es la permanencia, a nadie le amarga un dulce…