Tal como decíamos hace unos días, ayer ha presentado la derecha a Juan Vicente Herrera Campo como candidato a la Junta de Castilla y León. Estamos ante una nueva torpeza del Partido Popular. El partido no solo va contra los intereses de la ciudadanía sino que le importa un pimiento lo que piense el contribuyente castellano-leonés. Ahí tienen la encuesta expuesta desde hace más de dos meses: a la pregunta sobre si debe presentarse Herrera como candidato a la Junta de Castilla y León, un 15,83% dice que SI; el 78,43% considera que NO debe presentarse como candidato en las próximas elecciones y el 5,74% no sabe o no contesta.
Eso es una prueba más de que el PP va a su aire, no escucha a la ciudadanía, desprecia al contribuyente y solo le interesa el partido, además de la colocación de su gente, la ocupación de esferas de poder y la necesidad de no bajarse de la poltrona para no tener que dar explicaciones al ciudadano-contribuyente. Ya se sabe que hay quienes pasan por el bosque y no ven leña para el fuego, dice un proverbio.
Tras veinte años de gobierno, abuso y descontrol, ahora pretende presentarse la derecha en Castilla y en León como la salvadora de la crisis, para lo que aprovecha la ocasión echando la culpa al Gobierno central, a Rodríguez 'Vendeburras' y a la mala planificación central. No se dan cuenta que los ciudadanos estamos convencidos que las comunidades autónomas han sido las grandes culpables del desbarajuste nacional y las mayores contribuyentes para llegar al déficit actual. No se puede aspirar a ser Estado cuando se es simple comunidad, región o parte de ese Estado, como han hecho los más soberbios y menos preparados.
Unas comunidades se han limitado a gastar y a duplicar funciones, como es el caso de las comunidades de segunda, sin aportar nada y sin apoyar ni saber apreciar las grandes decisiones de Estado. Otras se han extralimitado constantemente y han despilfarrado competencias; incluso en ocasiones las han arruinado, adulterado y 'amarranado', caso de Cataluña. Además de ser insolidarias éstas últimas, se han dedicado a poner en marcha el ventilador para todo lo negativo, pero borrándose de culpabilidades. Así cubre el pelo al Estado español. Un Estado que ha acabado estando a merced de otro supra-Estado, como la UE, o de un solo Estado, como Alemania. Hasta Ángela Merkel ha podido comprobar que la opinión pública es la peor de las opiniones, sobre todo cuando procede de la prensa crispante, amarilla y amarillenta, depredadora e incomprensible anclada en la izquierda radical de la soberbia y la calentura.
Ahora, volviendo a Castilla y León, Herrera se compromete a adelgazar la estructura gubernamental si sale elegido. Y lo hace después de grandes e incomprensibles despilfarros; desprecio a la ciudadanía por parte de algunos de sus altos cargos; insultos a cargos directivos de los centros docentes por preocuparse de solucionar los problemas de los propios centros; diario apoltronamiento, dejadez y desidia de sus habituales ‘besamanos’; multiplicación de la flota de coches pagados con dinero público; ‘abofeteo’ al funcionariado docente y sanitario a través de la nómina mensual, como si fueran los delincuentes que han creado la crisis actual; acentuación de las desigualdades sociales y retraso de decenas de meses en la aprobación del derecho a la dependencia, lo que está llevando al contribuyente a presentar una y otra reclamación, tras resaltar la incompetencia y desidia del funcionariado de la administración autonómica, totalmente descontrolado y campando a su atardecer. Pero solo son breves y claros ejemplos. En víspera de las elecciones y en plena campaña electoral deberá dar explicaciones el candidato, Herrera Campo; incluso de las todavía presuntas, para algunos, implicaciones autonómicas en el Caso Gürtel, hoy dormido intencionadamente y en espera de que avance el calendario electoral.