En cada grupo de amigos siempre hay uno que es el que más habla, incluso cuenta demasiado. Intenta decirlo todo, con el mayor número de detalles. Y al final los que le escuchan suelen acabar desconectando. De vez en cuando uno vuelve a prestar atención cuando parece que la historia vuelve a ponerse interesante, pero se trata de algo intermitente. Pues esta vez ese amigo se llama “Mil cretinos”, dirigida por Ventura Pons, que cuenta 15 historias que se mueven entre el realismo y el absurdo de la misma realidad que quiere reflejar. El resultado es una cinta irregular cuyos temas no siempre conectan con el espectador.
Parte de la culpa es del director barcelonés y parte del escritor, Quim Monzó, en cuya obra se inspira el largometraje. Simplemente, hay libros que no son adaptables al cine. La cinta se divide en tres partes y cada una en subpartes, lo que hace que el interés del espectador esté de ida y vuelta en función de la trama. Sin menospreciar algunas historias interesantes, como la que habla sobre el elogio, y otras más o menos divertidas, como la del suicidio, hay otras que carecen de sentido. Un ejemplo es la titulada “Limpieza”, interpretada por una estupenda Julieta Serrano pero que roza el esperpento. Es curioso que no sucede así al leer este capítulo en el libro, por lo que hay que achacarlo a la rara y personal forma de contar de Pons.
Original, al menos, es la segunda parte, un homenaje al cine mudo y, según el director, a la tradición escenográfica catalana, con cuentos clásicos (desde Robin Hood hasta la princesa convertida en sapo) reinterpretados. Después, el contraste con la tercera parte es notable. Se vuelve al presente y a un tema tan lejano para la mayoría como la decrepitud, con matices destinados a un público demasiado adulto. Se pretende mezclar comedia y drama, y el resultado es algo insípido. Es curioso que las mejores historias son aquellas que Pons a trasladado literalmente del papel a la cámara, mientras que las que han pasado por su particular rodillo de guionizar (la reconstrucción narrativa que tanto le gusta) quedan deformadas. Son tantos los matices que quiere aportar, y que se suman a los que ya cuenta el propio libro, que al final se confunden los sabores y no se aprecia nada claro. Ya lo dice el refrán que quien mucho abarca, poco aprieta.
A favor de la película está su reparto, en el que podemos ver algunos rostros televisivos como Santi Millán, Edu Soto y Marc Clotet. También hay que destacar la excelente elección de la música, obra de Carlos Santos.