Sólo llevan dos partidos disputados desde que aterrizaron en Tarragona, pero no han dejado a nadie insatisfecho. La llegada al Nàstic de Borja Viguera y Álex Bergantiños han servido para renovar competencias tanto en el centro del campo como arriba y eso, en una plantilla con miras a salvarse de la hecatombe, es una gran noticia. Además, esta semana se confirmó la llegada del que podría ser el último refuerzo en el mercado invernal, el mallorquinista Tuni.
Tuni, en su presentación como grana. (www.gimnasticdetarragona.cat)
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Es Viguera el que más y mejor está sorprendiendo. Lo hizo el día de su debut ante el Albacete, donde salió en el segundo acto y él solito se inventó un tanto que valió tres puntos. Pero el pasado fin de semana, ante la Ponferradina, mostró lo que se le pide a un jugador que llega en las actuales circunstancias: entrega, ganas de ganar, decisión, oportunismo. El delantero riojano salió de la partida en detrimento de Powel y sólo le faltó repetir en cuanto a goles. Pero las tuvo de todos los colores: en un mano a manos con el portero tras zafarse de su rival, en un disparo lejano que escupió el larguero. Fue, de largo, el hombre más inquietante de un duelo en el que lo injusto fue el resultado. Un empate a cero que a nadie convenció.
A Bergantiños también se le ven destellos. Ganas de demostrar lo que hasta la fecha se le ha negado, primero en el Deportivo y después en el Granada. Maneja el centro del campo a sus anchas, sabe tocar en largo, en corto, las transiciones. Posiblemente, no tarde en quitarle a Seoane –otro que se ha destapado este curso- el puesto en la medular. Por lo pronto a Oliva le están poniendo las cosas complicadas, algo que no hace mucho no ocurría porque las variantes en el equipo no eran excesivas. Con la llegada de Tuni, un extremo izquierdo que jugó en Primera y que llegó a ser una de las promesas del Mallorca, el Nàstic vuelve a ganar en competencia, en deseo de hacerlo bien. A pesar de una lesión grave que le tuvo mucho tiempo alejado de los terrenos de juego, de Tuni (28 años) se espera mucho.
Unos que vienen y otros que se van. La llegade Tuni ha obligado al Nàstic a aligerar el número de fichas en su plantilla. Si con los fichajes de Viguera y Bergantiños fue a Curro Torres a quien se le dio vía libre, con la de Tuni es Juan Rodríguez el sacrificado. El futbolista, fichado este verano, apenas ha entrado en los planes de Joan Carles Oliva, como tampoco lo hizo en los de Luis César. Así, su destino es el Eibar, al que marcha a préstamo hasta final de temporada.