El pasado domingo comenzó en el programa “Desafío Extremo” de Cuatro un pequeño reality show. Para el que no conozca este programa os añado una pequeña descripción: un montañero leonés, llamado Jesús Calleja, recorre el mundo batiendo desafíos que él mismo se propone, desde subir el Everest, bucear en cuevas para encontrar la estalactita más grande del mundo o correr el rally Dakar. Este aventurero es todo un personaje, no se muerde la lengua y explica de manera muy cercana todos los entresijos del mundo del alpinismo o del buceo. Además, cada vez que visita un país explica un poco de su cultura e intenta meterse en ella lo máximo posible. Encima todo esto lo hace con su sentido del humor. En definitiva, una persona con la que no me importaría irme de cañas.
Bien, pues este domingo se llevo a seis “urbanitos de ciudad”, como él los llamaba, a Venezuela para enseñarles los conocimientos de la aventura. Los tres que mejor finalicen las pruebas descenderán con él y su equipo el “Salto del Ángel”, la cascada más grande del mundo con una altura de 1.002 metros. Además de eso, uno de los tres recibirá un viaje alrededor de todo el mundo con un acompañante, todo un lujo.
Ya de entrada los concursantes daban una imagen de ser turistas de hotelitos porque bajaron de la avioneta al lado de la selva con maletas de ruedas. Después de hacerles que cogieran tan sólo cinco objetos imprescindibles de su equipaje los pusieron firmes realizando diferentes ejercicios: algunos para ponerlos en la mejor forma física posible y otros para comenzar a familiarizarse con los conocimientos básicos de escalada.
Personalmente, recomiendo seguir muy de cerca este programa porque te das cuenta de hasta que punto ha llegado la sociedad de hoy en día que sales de tu casa, en la que tienes todas las comodidades del mundo, y te ves allí en mitad de la selva donde con cualquier cosa que hagas te parece una hazaña impresionante.