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Raquel Morales

Enemigo a las puertas

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Demostrado queda que no es el león tan fiero como lo pintan. Y que todos barren para su casa. El carácter de “Mou” a nadie gusta, sobre todo cuando se pone en plan "rabieta de niño pequeño" y critica la actuación del árbitro cuando no gana. Lo que no se da cuenta es que debe callarse un poquito más y centrarse en mejorar el equipo, que no puede permitirse perder puntos ante un humilde club como el Almería. Puntos que se quedan en el camino y liga que se le escapa. Quizá se le resbaló entre los dedos al técnico portugués, cuando recogió el Balón de oro.

Lo cierto es que algo falla en el club merengue cuando presenciamos, atónitos, cómo Iker Casillas perdió los estribos durante el encuentro. Dicen que su relación con Cristiano Ronaldo no es la más cordial. Especulaciones en torno al jugador portugués que desestabilizan en menor medida su juego. Pero si hay que ser sinceros, el Real Madrid empieza a tener un sólo nombre. Ronaldo está siendo el mejor del equipo y el único que hace olvidar de cuando en cuando el abismo que existe entre el Madrid y el Barça. De momento son 4 puntos salvables, si los de Guardiola regalasen -como diría Mou- los puntos, pero esta vez la historia sería diferente, porque de perder algún partido, los puntos perdidos serían un buen presente para el Real Madrid.

La gran baja está pasando factura al equipo blanco. Higuaín se echa de menos por sus goles y la conexión que tiene con el centro del campo. El gran perjudicado de esta baja es paradójicamente el francés Benzema, con el que tienen que contar por fuerza mayor y con el que no contarían si Higuaín estuviera recuperado. La oveja negra de este club que no mete goles y cada vez que los mete, los medios reivindican en su nombre lo que vale como jugador. Pero esas explosiones de orgullo son tan fugaces como una prenda en tiempos de rebajas.

Y luego están las confrontaciones en su propio club. Por si no es bastante luchar contra la opinión de los medios de comunicación, equipos rivales y aficiones, el técnico portugués pide constantemente el respaldo de su director deportivo y presidente. Gracias a Dios los dos se dedican a hacer su trabajo y dejan a “Mou” que se le pase el cabreo. Y si de paso regresa al Inter…pues mejor.

Enemigo a las puertas

Raquel Morales
Raquel Morales
viernes, 21 de enero de 2011, 08:28 h (CET)
Demostrado queda que no es el león tan fiero como lo pintan. Y que todos barren para su casa. El carácter de “Mou” a nadie gusta, sobre todo cuando se pone en plan "rabieta de niño pequeño" y critica la actuación del árbitro cuando no gana. Lo que no se da cuenta es que debe callarse un poquito más y centrarse en mejorar el equipo, que no puede permitirse perder puntos ante un humilde club como el Almería. Puntos que se quedan en el camino y liga que se le escapa. Quizá se le resbaló entre los dedos al técnico portugués, cuando recogió el Balón de oro.

Lo cierto es que algo falla en el club merengue cuando presenciamos, atónitos, cómo Iker Casillas perdió los estribos durante el encuentro. Dicen que su relación con Cristiano Ronaldo no es la más cordial. Especulaciones en torno al jugador portugués que desestabilizan en menor medida su juego. Pero si hay que ser sinceros, el Real Madrid empieza a tener un sólo nombre. Ronaldo está siendo el mejor del equipo y el único que hace olvidar de cuando en cuando el abismo que existe entre el Madrid y el Barça. De momento son 4 puntos salvables, si los de Guardiola regalasen -como diría Mou- los puntos, pero esta vez la historia sería diferente, porque de perder algún partido, los puntos perdidos serían un buen presente para el Real Madrid.

La gran baja está pasando factura al equipo blanco. Higuaín se echa de menos por sus goles y la conexión que tiene con el centro del campo. El gran perjudicado de esta baja es paradójicamente el francés Benzema, con el que tienen que contar por fuerza mayor y con el que no contarían si Higuaín estuviera recuperado. La oveja negra de este club que no mete goles y cada vez que los mete, los medios reivindican en su nombre lo que vale como jugador. Pero esas explosiones de orgullo son tan fugaces como una prenda en tiempos de rebajas.

Y luego están las confrontaciones en su propio club. Por si no es bastante luchar contra la opinión de los medios de comunicación, equipos rivales y aficiones, el técnico portugués pide constantemente el respaldo de su director deportivo y presidente. Gracias a Dios los dos se dedican a hacer su trabajo y dejan a “Mou” que se le pase el cabreo. Y si de paso regresa al Inter…pues mejor.

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