Ha pasado ya casi una vuelta de las dos que da esta particular noria que es la Liga Adelante, y la trayectoria unionista ha sido muy dispar durante los 20 partidos.
Una montaña rusa en toda regla. Si el Salamanca empezaba siendo el equipo que más tardaba en perder la condición de invicto tras Las Palmas, tras las últimas 6 derrotas es el segundo conjunto más derrotado de la categoría.
Biel Ribas es la cabeza más visible de esta metamorfosis. Si durante bastante tiempo fue el Zamora de la categoría, ahora lleva 9 partidos consecutivos teniendo que recoger al menos un balón del fondo de su arco.
Y todo esto que venimos hablando obviamente tiene su reflejo en la clasificación. El Salamanca ha pasado en unas escasas semanas de ser un fijo de los puestos de playoff a ocupar la decimocuarta posición, y en una crisis galopante de juego y resultados que esperemos que tenga freno.
También hay sectores de la afición que ya no tienen en tan alta estima al entrenador Óscar Cano, un enamorado del fútbol de toque y que prometió llevar a cabo ese juego en la Unión. En las primeras jornadas el equipo ganaba y todo el mundo coincidía en que se adaptaba de maravilla a las circunstancias porque no se jugaba bien pero los puntos se quedaban aquí. Ahora son muchos los que se han cambiado de chaqueta y le tachan de vendehumos y de acobardarse ante los equipos que tienen jugadores con nombre.
Ahora hay dos partidos fuera de casa en los que el equipo debería ganar al menos uno si no quiere que en la afición empiece a surgir la zozobra, habida cuenta de la experiencia de la temporada pasada, con una racha muy similar en esta fase de la campaña y que terminó con una salvación milagrosa y bajo la campana.