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Nerea Conejo

Una de cal y una de arena

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Nunca llueve a gusto de todos. (Sobre todo cuando una coge hora para la peluquería…cosas de la Ley de Murphy que se ceba con servidora)

Ha pasado ya una semana de la concesión de Balón de Oro 2011 a Messi y la consiguiente pataleta de muchos por no ser Xavi Hernández el ganador.
Incluso el título al mejor entrenador del año ha sido discutido en la calle estos días.
Son cosas que pasan, es muy complicado conseguir el beneplácito unánime de las masas, pero hay asuntos que claman al cielo.

En muchas ocasiones se plantea la duda de quién es el culpable cuando un equipo deportivo no funciona. La figura del entrenador siempre es la primera ficha en caer, aunque no siempre sea lo justo. Y hoy hemos tenido un par de ejemplos con más o menos fortuna.

Mientras Quique Sánchez Flores respira al fin un poco más tranquilo por el primer triunfo de su Atlético en 2011 (3-0 ante el Mallorca), Aito García Reneses ha pagado con su destitución los malos resultados cosechados con Unicaja, perdiendo ayer la opción de meterse en la Copa del Rey de Baloncesto. La cuerda se rompe para uno y resiste, aunque algo tensa, para el otro.

Y después del técnico, o la par, están los árbitros. Pero hay veces en que se dan situaciones un tanto incomprensibles.
Howard Weeb, el inglés que pitó la final del Mundial de fútbol en Sudáfrica, ha sido elegido “Mejor Árbitro del Mundo 2010” por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol”.

Seguro que ha tenido mejores actuaciones que la demostrada en la final España-Holanda, pero esa precisamente, obvio, no ha sido la única ocasión en la que metió tanto la pata. Se recuerda aun el MILÁN – MADRID en Champions, donde se comió varias tarjetas: una roja clara por agresión a Inzhagi y además el primer gol del Milán era fuera de juego por casi 2 metros. Y tantas otras que ahora no me vienen a la cabeza.

Sí, es cierto: son seres humanos, y como tales, se les reconoce su derecho a equivocarse. Y sí, también es verdad que peores los ha habido, los hay y los habrá: pero a esos no se les da este reconocimiento... normalmente.

Es muy difícil designar al mejor en esta categoría, es evidente. Pero cómo ya he dicho otras veces, a la gente de a pie no le pasa estas cosas: montan una tan gorda y su jefe les echa a la calle sin pestañear.

No logro entender que un arbitraje tan nefasto pueda ser barrido por una temporada más o menos aceptable. Hombre, que era la final de un Mundial…El 11 de Julio en el Soccer City hubo errores garrafales y lejos de cuestionarlos, ya ni hablamos de castigarlos, parece que se ha tomado como pecata minuta que no cuenta.

Menos mal que al menos, y por una vez, ganaron los buenos.

Una de cal y una de arena

Nerea Conejo
Nerea Conejo
martes, 18 de enero de 2011, 08:26 h (CET)
Nunca llueve a gusto de todos. (Sobre todo cuando una coge hora para la peluquería…cosas de la Ley de Murphy que se ceba con servidora)

Ha pasado ya una semana de la concesión de Balón de Oro 2011 a Messi y la consiguiente pataleta de muchos por no ser Xavi Hernández el ganador.
Incluso el título al mejor entrenador del año ha sido discutido en la calle estos días.
Son cosas que pasan, es muy complicado conseguir el beneplácito unánime de las masas, pero hay asuntos que claman al cielo.

En muchas ocasiones se plantea la duda de quién es el culpable cuando un equipo deportivo no funciona. La figura del entrenador siempre es la primera ficha en caer, aunque no siempre sea lo justo. Y hoy hemos tenido un par de ejemplos con más o menos fortuna.

Mientras Quique Sánchez Flores respira al fin un poco más tranquilo por el primer triunfo de su Atlético en 2011 (3-0 ante el Mallorca), Aito García Reneses ha pagado con su destitución los malos resultados cosechados con Unicaja, perdiendo ayer la opción de meterse en la Copa del Rey de Baloncesto. La cuerda se rompe para uno y resiste, aunque algo tensa, para el otro.

Y después del técnico, o la par, están los árbitros. Pero hay veces en que se dan situaciones un tanto incomprensibles.
Howard Weeb, el inglés que pitó la final del Mundial de fútbol en Sudáfrica, ha sido elegido “Mejor Árbitro del Mundo 2010” por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol”.

Seguro que ha tenido mejores actuaciones que la demostrada en la final España-Holanda, pero esa precisamente, obvio, no ha sido la única ocasión en la que metió tanto la pata. Se recuerda aun el MILÁN – MADRID en Champions, donde se comió varias tarjetas: una roja clara por agresión a Inzhagi y además el primer gol del Milán era fuera de juego por casi 2 metros. Y tantas otras que ahora no me vienen a la cabeza.

Sí, es cierto: son seres humanos, y como tales, se les reconoce su derecho a equivocarse. Y sí, también es verdad que peores los ha habido, los hay y los habrá: pero a esos no se les da este reconocimiento... normalmente.

Es muy difícil designar al mejor en esta categoría, es evidente. Pero cómo ya he dicho otras veces, a la gente de a pie no le pasa estas cosas: montan una tan gorda y su jefe les echa a la calle sin pestañear.

No logro entender que un arbitraje tan nefasto pueda ser barrido por una temporada más o menos aceptable. Hombre, que era la final de un Mundial…El 11 de Julio en el Soccer City hubo errores garrafales y lejos de cuestionarlos, ya ni hablamos de castigarlos, parece que se ha tomado como pecata minuta que no cuenta.

Menos mal que al menos, y por una vez, ganaron los buenos.

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