Tal vez porque un poco más de azúcar hubiera endulzado demasiado el melifluo mundo en el que se hallaba el Villarreal B, nunca viene mal una pequeña dosis de “jarabe de palo” para bajar de las nubes a estos jóvenes lobeznos amarillos con más hambre de gloria que de instrucción.
Y como detrás del uno viene el dos, veo justa y creo casi necesaria la derrota del domingo pasado frente el Decano, pues para un equipo que ostenta como único objetivo tangible la permanencia (por mucho que nos empeñemos en situarlo en la parte alta de la tabla), cinco partidos sin conocer la derrota era premio más que suficiente. Con este tropiezo el filial amarillo recuerda cuál es su lugar en la ordenada jerarquía de la LFP.
Eso sí, una derrota ante un Recreativo que dispuso de más goles que de fútbol. Porque estarán conmigo que, haciendo caso omiso al resultado, el Villarreal B fue el encargado de establecer el orden en el juego y hacer ver desde el comienzo del envite que lo que se practicara sobre el césped del Nuevo Colombino compartiera el máximo símil posible con lo que por aquí entendemos como fútbol. Sin embargo viejos aires del pasado azotaron de nuevo la puntería de los pupilos de Gracia evitando mover el casillero visitante.
Para más inri, la procesión de lesiones que acarreaba el técnico navarro tampoco ayudó a mejorar el resultado final. Donde más se notó la falta de asiduos, sin duda fue en el carril izquierdo. No brilló igual Iago Falqué junto un desordenado Héctor como lo suele hacer cuando le acompaña Jaume Costa como escudero. También se echó a faltar la profundidad de Hernán Pérez, el cual la gripe hizo reo trascendental para el desarrollo del encuentro.
Contraponiéndose a esta mala fortuna, la rima asonante la entonó el debut de Gonzalo Castellani, quien a pesar de pertenecer al club desde principio de temporada, no había podido entrar en los planes de Javi Gracia por ocupar plaza de extracomunitario. Pero tras la marcha de Facu Coria, el argentino por fin se ajustó la elástica amarilla y, ante la gran cantidad de bajas, formó en el once desde el principio del choque. Probablemente hubiera preferido comenzar su andadura con distinto resultado.
Paradójicamente, el escarmiento en forma de lección recibida este domingo puede que no resulte muy pragmática a la hora de terciar un futuro a corto plazo. Aunque el filial amarillo no se vea necesitado en exceso de logros al quedar arrellanado en la mitad alta de la tabla tras sus esplendidos últimos resultados, la apretada puntuación no invita a dormirse en los laureles, ya que una acumulación progresiva de errores podría desencadenar una caída en picado en cuestión de dos o tres jornadas.
Y lo cierto es que en esta opción abundan gran cantidad de probabilidades. En las siguientes dos semanas, el Villarreal B recibe en el Mini Estadi a dos de los ‘cocos’ de la categoría. Primero se encuentra la visita del líder, un Betis intratable que le saca 18 puntos al filial amarillo y que no acostumbra a compadecerse de ninguno de sus contendientes.
Luego, un Valladolid más asequible abrirá la segunda fase de la actual campaña. No hay que olvidar que se trata de un rival directo que ya goleó al equipo de Javi Gracia en el primer encuentro de la temporada. Es inminente el tramo repleto de curvas que se acerca con estos dos complejos partidos, donde hacer un pleno de puntos se considera prácticamente imposible.