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Yeray Medina

Hace falta un cambio

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Las Palmas entra en caída libre y ya pocos dudan de la urgencia de poner freno.

Lo vivido el pasado sábado en el estadio de Gran Canaria, suele corresponder al típico capítulo final de una historia que ya termina.

Ver a un equipo roto en el campo, sin alma, sin empuje, sin motivación, con la sensación de no saber qué hacer o como hacerlo lo dice todo.

Lo más destacado de dicho encuentro ya no fue tener que ver el peor partido de los amarillos en casa esta temporada. Sino la sensación de frialdad e indiferencia de casi todos con respecto a lo que estaba ocurriendo.

La pobre asistencia al campo (una de las peores de la temporada), era un presagio de lo que podía ocurrir, y finalmente pasó.

Lo más preocupante no fue que el Córdoba se llevara los tres puntos con tan poco. Sino la triste sensación de que ni tan siquiera se pudiera reaccionar.

Cuesta entender cómo es posible que un equipo que empezó con tanta vida, con tanta fuerza, ilusión y ganas. Se derrumbe de semejante manera en tan solo unos pocos meses de competición.

Cierto es que en su momento, los árbitros no han ayudado mucho o nada, tampoco el altísimo nivel de lesionados que se ha tenido, o la pérdida de jugadores clave por lesión o traspaso.

Pero nada de eso puede justificar ya lo vivido el sábado con un equipo totalmente inerte, roto, sin amor propio ni capacidad de reacción.

Encima las malas lenguas advierten que esos síntomas del sábado, solo pueden significar una cosa. “Los jugadores le están haciendo la cama al entrenador”.

Entramos en una semana especial con la llegada del derbi canario. Un partido que aunque en teoría solo son tres puntos, en la práctica todo el mundo sabe que hay más que eso en juego.

Es una semana propicia para realizar algún cambio firme dentro del club. Para dar un golpe en la mesa y cortar esta sangría de puntos perdidos que no para de crecer a medida que las jornadas pasan.

Es demasiado arriesgado que todo siga igual, teniendo en cuenta que una derrota ante el “eterno” rival, lo podría lanzar moralmente, y sería un rival menos que añadir a los puestos rojos de la tabla.

Demasiado en juego como para no hacer algún cambio necesario para evitar la caía en la tabla.

Mucho se habla de que si Juan Manuel Rodríguez puede ser el relevo de Paco Jémez si finalmente no sigue como entrenador. En caso de producirse esta semana se daría la curiosidad, que volvería al club ante el mismo rival y en el mismo estadio donde empezó en la anterior etapa que entrenó a los amarillos, y que tan buenos resultados dio en esa segunda vuelta de ensueño.

Lo que parece estar claro, es que así no se puede continuar. Si el club no mueve ficha y mantiene la espera. Podemos pagarlo muy caro en el derbi canario, con una derrota que sería muy dolorosa y preocupante, con el añadido de que el siguiente partido también será fuera de casa ante un Nástic que últimamente también anda fino y sumando puntos.

¿Hasta cuándo piensa esperar la directiva de Las Palmas para ver si esto cambia por si solo?

Quizás luego sea demasiado tarde, si el club acaba cayendo en descenso.

Hace falta un cambio

Yeray Medina
Yeray Medina
domingo, 16 de enero de 2011, 23:32 h (CET)
Las Palmas entra en caída libre y ya pocos dudan de la urgencia de poner freno.

Lo vivido el pasado sábado en el estadio de Gran Canaria, suele corresponder al típico capítulo final de una historia que ya termina.

Ver a un equipo roto en el campo, sin alma, sin empuje, sin motivación, con la sensación de no saber qué hacer o como hacerlo lo dice todo.

Lo más destacado de dicho encuentro ya no fue tener que ver el peor partido de los amarillos en casa esta temporada. Sino la sensación de frialdad e indiferencia de casi todos con respecto a lo que estaba ocurriendo.

La pobre asistencia al campo (una de las peores de la temporada), era un presagio de lo que podía ocurrir, y finalmente pasó.

Lo más preocupante no fue que el Córdoba se llevara los tres puntos con tan poco. Sino la triste sensación de que ni tan siquiera se pudiera reaccionar.

Cuesta entender cómo es posible que un equipo que empezó con tanta vida, con tanta fuerza, ilusión y ganas. Se derrumbe de semejante manera en tan solo unos pocos meses de competición.

Cierto es que en su momento, los árbitros no han ayudado mucho o nada, tampoco el altísimo nivel de lesionados que se ha tenido, o la pérdida de jugadores clave por lesión o traspaso.

Pero nada de eso puede justificar ya lo vivido el sábado con un equipo totalmente inerte, roto, sin amor propio ni capacidad de reacción.

Encima las malas lenguas advierten que esos síntomas del sábado, solo pueden significar una cosa. “Los jugadores le están haciendo la cama al entrenador”.

Entramos en una semana especial con la llegada del derbi canario. Un partido que aunque en teoría solo son tres puntos, en la práctica todo el mundo sabe que hay más que eso en juego.

Es una semana propicia para realizar algún cambio firme dentro del club. Para dar un golpe en la mesa y cortar esta sangría de puntos perdidos que no para de crecer a medida que las jornadas pasan.

Es demasiado arriesgado que todo siga igual, teniendo en cuenta que una derrota ante el “eterno” rival, lo podría lanzar moralmente, y sería un rival menos que añadir a los puestos rojos de la tabla.

Demasiado en juego como para no hacer algún cambio necesario para evitar la caía en la tabla.

Mucho se habla de que si Juan Manuel Rodríguez puede ser el relevo de Paco Jémez si finalmente no sigue como entrenador. En caso de producirse esta semana se daría la curiosidad, que volvería al club ante el mismo rival y en el mismo estadio donde empezó en la anterior etapa que entrenó a los amarillos, y que tan buenos resultados dio en esa segunda vuelta de ensueño.

Lo que parece estar claro, es que así no se puede continuar. Si el club no mueve ficha y mantiene la espera. Podemos pagarlo muy caro en el derbi canario, con una derrota que sería muy dolorosa y preocupante, con el añadido de que el siguiente partido también será fuera de casa ante un Nástic que últimamente también anda fino y sumando puntos.

¿Hasta cuándo piensa esperar la directiva de Las Palmas para ver si esto cambia por si solo?

Quizás luego sea demasiado tarde, si el club acaba cayendo en descenso.

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