"Música y a bailar". Antes de cada baile, la presentadora Paula Vázquez siempre decía con fuerza y alegría esta frase. Ahora, Tania Llasera sustituye a la gallega en la quinta edición del programa "Fama". Este grito ya no suena igual, pero ¿suena peor?
Tania ya estaba prevenida para las críticas y comparaciones, como hizo saber en las entrevistas previas al inicio de la nueva etapa de "Fama". Llegaba de Telecinco, de lidiar con los colaboradores de "Resistiré, ¿vale?". Por eso, se le suponían tablas en los directos. Pero la personalidad de Paula Vázquez, guste o no, no la tiene Tania.
Por un lado, los estilistas aprovechan su look fresco y belleza para ponerle minivestidos y escotes, que aunque le sienten bien, resultan excesivos y demasiado provocativos para las cinco de la tarde. Por otro, su sonrisa arregla los pequeños despistes que tiene: "me dicen que me equivoco, me tengo que ir para allá" o "se tienen que ir a la casa, ¿verdad?". Quizás peca de estar demasiado atenta al pinganillo, pero la responsabilidad que tiene es mucha. Sabe que se la mira en los primeros días con lupa. Pero los nervios no tienen nada que ver con que sus intervenciones delaten la guionización que existe. Paula Vázquez tenía ya tan asumido su papel de "colega de los chavales" que no parecía forzado.
Dejando a un lado a Tania Llasera, que seguramente si ella hubiese sido siempre la presentadora de Fama no notaríamos tanto los fallos, "Fama 5" ha intentado renovar el desgastado formato (el programa debutó con una cuota de pantalla del 5,1% frente al 6,6% que registró la edición anterior) con tres pilares básicos: plató estilo gala con público durante los bailes, nueva profesora y jurado que puntúa a los alumnos. Es positiva la presencia de público, porque un plató tan grande como el de la pasada edición quedaba desangelado tan vacío. Sin embargo, hay demasiada gente, parece una gala de "Operación Triunfo", con familiares incluidos. Y también resulta interesante poder oír las impresiones de los bailarines en la casa justo después de haber bailado.
Como puntos negativos, está la nueva profesora Maribel del Pino, cuyas coreografías de New Style (un estilo urbano que mezcla Poppin, Locking Krump y Ragga) resultan parecidas a otras del programa. La marcha de la profesora Pau Vázquez, con su estilo de Jazz Fusión, se evidencia. Además, la idea de que Javier Gurruchaga (que pone el punto simpático y buenas puntuaciones) y la cantante Vanexxa (que resulta demasiado forzada en su actitud seria y borde) se incorporen al equipo y juzguen a los bailarines no termina de cuajar. Que los propios profesores que te enseñan detecten los fallos resulta más instructivo, aunque menos del estilo de espectáculo de Telecinco. Incluso los alumnos han aprendido de "Gran Hermano". En dos días de programa, ya ha habido una expulsión por "pasarse de listo", como ocurrió con "Feroz" y Flor en el programa de Telecinco.
Lo que no cambia en "Fama" son los problemas de realización habituales y los bailes, que nunca alcanzarán el nivel de "America's Best Dance Crew" de la MTV. Pero la esencia positiva de Cuatro permanece… o eso esperamos.