Hay grupos de directores que marcan un antes y un después. Cuando algunos de aquellos genios provenientes de la generación de la televisión ya nos estaban dejando (Frankenheimer, Pollack, Ritt, Mulligan, Penn,…) empezaron a aparecer otros provenientes del videoclip y la publicidad, como si de un ciclo vital se tratase. Uno de ellos estrena esta semana nueva película. Para mí, es uno de los mejores y más creativos directores del momento. Su nombre es Michel Gondry.

Nacido en Versalles en 1963 y criado bajo la influencia de la música pop, Michel pronto destacó en las artes visuales. Probó como batería en una banda, donde tomó contacto con la dirección de videos musicales. Uno de ellos fue emitido en la MTV, lo que propició el comienzo de su carrera meteórica. Bjork al verlo, le pidió que se encargase de ponerle imagen a la canción ‘Human Behaviour’. Desde entonces, se convirtió en uno de sus directores ‘fetiche’. Trabajó en la industria discográfica para grupos como Massive Attack, Chemical Brothers o Cibo Matto e hizo anuncios publicitarios para grandes compañías, hasta que Spike Jonze, uno de sus compañeros de generación, le propuso al estudio para dirigir ‘Human Nature’ en 2001. Pero fue otro guión de Charlie Kaufman el que le llevó a la fama en la industria cinematográfica, ‘Olvídate de mi’ (‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’) en 2004. Le siguieron ‘La ciencia del sueño’ (2006) y ‘Rebobine, por favor’ (2008). El mismo año del estreno de esta última, realizó el primer mediometraje que compone la genial ‘Tokyo!’, completándose con los trabajos de Joon-ho Bong y Leos Carax. Tras algunos documentales y dirigir un capítulo de la estrambótica pero muy recomendable ‘The Flight of the Conchords’, vuelve a la gran pantalla con ‘The Green Hornet’, el film que estrena esta semana.

Revisando su filmografía puede hacerse complicado el entender la razón por la que Gondry aceptó este encargo. Es cierto que las adaptaciones de historias de superhéroes están de moda y que éstas suelen contar con un gran presupuesto para poder conseguir resultados muy efectistas, pero a mi parecer la razón principal ha debido ser el dinero (más que el reto de llevar a la gran pantalla a este personaje que ha pasado por todos los formatos). ‘The Green Hornet’ es el alter ego de Britt Reid, editor de un periódico (y en la película, heredero de un imperio de las comunicaciones a lo Charles Foster Kane), que se dedica a combatir el crimen en su tiempo libre. Su primera aparición fue en un serial de radio en 1936 y posteriormente tuvo presencia en una serie y un programa de televisión, colecciones de libros y cómics. Llamar innecesaria a esta película tal vez sea algo demasiado gratuito. Tiene varias cosas buenas (sobre todo a nivel de efectos y movimientos de cámara), aunque esto no sea suficiente como para salvarla de la quema. Más incomprensible si cabe es que se haya hecho una secuela de ‘El oro de Moscú’, bajo el título de ‘La daga de Rasputín’. Un claro ejemplo de que a algunas personas no deberían dejarlas hacer cine. La época del ‘destape’ en España ya pasó hace tiempo, pero el Sr. Bonilla parece no querer darse cuenta.

Comparar a Bonilla con Gondry es como confrontar a un Rioja con un tintorro picado de mesa. Ahorrémonos las obviedades (y, por consiguiente, la película). A veces mirar la cartelera no sólo me da ardor de estómago, sino un escalofrío intenso. Eso me ha pasado al ver que se estrena ‘Twelve’. ¿Recuerdan el artículo sobre la familia Sheen (‘Otro círculo que se cierra’)? Si no lo leyeron, háganlo ahora. Entenderán mi desasosiego cuando veo en pantalla a otro de esos ejemplos de familia americana que debió de conocer el preservativo a tiempo. Rory Culkin es el menor de 7 hermanos, todos ellos dedicados a la actuación, menos la fallecida Dakota, que trabajó como asistente en el departamento de arte de ‘Lost Soul’, que fue estrenada un año después de su muerte. Tomen aire que terminar el listado va para largo. De mayor a menor, tenemos a: Shane Culkin, Dakota Culkin, Macaulay Culkin (lástima de aborto), Kieran Culkin, Quinn Culkin, Christian Culkin y Rory Culkin. Todos hermanos, (casi) todos actores. Llevamos en nuestra naturaleza humana el (a veces estúpido) deseo de procrear. Pero hay a ciertas personas que no se les debería de permitir consumarlo cuando no son capaces de aprender de sus propios errores (los Baldwin, por ejemplo). Creo que me voy a tomar un ‘ibuprofeno’.