Apenas ha habido movimientos en lo que llevamos de mercado de invierno en la liga española. A excepción del Málaga, con un jeque dispuesto a gastarse su fortuna, los demás equipos están a la expectativa y esperan a fichar a última hora para lograr el mejor precio. Al Mallorca esta situación le está afectando en la planificación de descartes.
El principal damnificado de esta demora en la plantilla bermellona es el uruguayo Castro. Hace meses que se da por hecho que el extremo se marchará este mes de enero a un equipo más pudiente que el Mallorca pero, pese a haber varios clubes interesados de España e Italia, no existe ninguna oferta formal. Y mientras esta situación se alarga el jugador ha perdido la titularidad frente a Nsue y Pereira y demuestra que en su cabeza ya está fuera de la isla.
La venta de Castro es una operación que interesa especialmente a la directiva del Mallorca por muchas razones. Se ahorrarían una de las fichas más altas de la plantilla, sacarían algo de beneficio económico (aunque comparten los derechos del jugador con su representante) antes de que caiga el precio del uruguayo (que termina contrato en 2012) y liberarían una plaza de extracomunitario en la plantilla que podría ocupar Ienaga, el japonés que está deslumbrando en los entrenamientos.
La salida del Chori Castro no es la única que se contempla en el Mallorca. Hay otros jugadores que no cuentan para Laudrup y a los que se les está buscando acomodo. Los dos casos más claros son los de Tuni y Corrales. El mallorquín no ha disputado ni un minuto esta temporada y termina contrato en junio por lo que el club no pondría pegas a su marcha inmediata. Por su parte, el lateral, ex de Osasuna, podría recalar en el Almería si el acuerdo fructifica.
Tampoco cabe descartar alguna sorpresa de última hora. Si llegase una buena oferta económica por cualquier jugador de la plantilla se aceptaría en aras de sanear la economía del club. Jugadores como De Guzmán o Pereira han destacado en esta primera vuelta y ya hay varios equipos que siguen sus progresos. Además, nadie sabe que ocurrirá con Cavenaghi o si llegará otro nueve. Las dos semanas que quedan de enero serán moviditas en los despachos de Son Moix.