Hace unos días comíamos con las palabras de Pepe Mel desafiante hacia el compromiso del Camp Nou. “Esta al 50%”. Fueron palabras que en unos provocaron la ilusión, aunque para la gran mayoría mediática supuso la carcajada general.
Todos pensaron que el Betis iba a ser otro conjunto más de “pobrecitos” que iba al campo del mejor equipo del mundo como el que sale encogido frente a la lluvia para aguantar el chaparrón. El Betis, a ellos y a todos, les dio una lección.
Pepe Mel preparó el partido con mimo y eso se vio en el terreno de juego. El Betis fue ese niño descarado que sale en camiseta a correr bajo la lluvia aunque se cale hasta los huesos. Juntó las líneas, redujo los espacios del contrario, y avanzó con descaro y toda la vistosidad que le concedía el Barcelona.
Le bastó al Betis hasta que llegó un balón de oro, que cansado de tanto suspense, decidió tomarse la justicia por su mano. En el enésimo susto comenzó la cacería, luego llegaron 3 goles, y poco a poco el niño se caló bajo la lluvia cuando los barcelonistas se convirtieron en un vendaval. El niño bético salió con una gripe del Camp Nou en forma de 5-0, pero con un estilo ante la dificultad, ante un puñado de gigantes en el que define un tipo al que llaman La Pulga.
Es el estilo de este nuevo Betis, que sin perder un ápice de humildad, mira de frente a la adversidad y tiene el detalle con el aficionado de intentar compensarle con buen juego el precio de la entrada. Fue el estilo de un Betis que sorprendió a aquellos que se sonreían con las palabras de Pepe Mel y que provocó en ellos la reapertura del debate sobre cuál es la fórmula para ganar al todopoderoso Barça.
¿Esperar atrás o jugar con descaro? El Betis decidió ser él mismo, consciente de la dificultad del rival pero siendo fiel a lo que le llevó hasta allí, en una decisión respetable que algunos no compartirán. Perdieron 5-0, como tantos otros. Como otros muchos salió del Camp Nou con cara de tonto, pero con algo más: la felicitación de todos los que estaban allí. Los blaugranas coincidieron en que el Betis había sido un digno rival. Por si fuera poco, uno de los padres de la mágica criatura barcelonista, “Charly” Rexach,no dudó en reconocer que “el Betis es el mejor rival que ha pasado por el Camp Nou esta temporada.”
Con ello se quedan los béticos, que ahora vuelven a ser gigante en la liga de plata buscando el ascenso. Todos dijeron “estos merecen ser de primera”. Ahora es el momento de demostrarlo. Para ello los verdivlancos contarán con Jonathan Pereira, que ha vuelto al grupo al igual que Juanma. Eso le vendrá bien al equipo después de haber perdido un mes a Emaná por lesión. Igual que llevar a cada campo aquella felicitación como orgullo pero también la lección aprendida: este Betis no debe cambiar y debe seguir siendo él mismo.