Cuatro goles, tres puntos y fin a la racha negativa representan la parte positiva. ¿Lo negativo? Las lesiones.

Hacía falta. Ganar siempre hace falta, qué bobada, pero en esta ocasión era primordial. Primordial porque cinco partidos bien jugados pero mal resultados no son lo que uno se espera, y más cuando gozas del mejor momento de la temporada. Pero, al fin y al cabo, era cuestión de tiempo que el Espanyol se llevase el gato al agua, y ha sido el Zaragoza -no podía ser otro- quien ha pagado los platos rotos.

Bien entonado, valentonado se diría, ágil y certero. Los blanquiazules se enfundaron su camisa de trabajo a jornada completa y con resultados excelentes para la empresa deportiva que gestiona Pochettino. Superiores de principio a fin, el Zaragoza no opuso oposición, ni opositó para puntuar. No es bueno ni muchas veces veraz hablar a posteriori, pero los 30000 fieles que se dieron cobijo en Cornellá-El Prat supieron nada más empezar que iban a ganar.

Aunque le va a costar caro. Osvaldo, el jugador, en mayúsculas, se perderá los dos meses próximos de competición por una lesión fortuita. Sólo queda esperar que se recupere pronto y que Vázquez aproveche de nuevo su oportunidad. Y ojo con Alvarito.