Ahora que con todo éxito ha entrado en vigor la ley anti-tabaco y los no fumadores pueden disfrutar de sus espacios de ocio favoritos sin necesidad de soportarnos a los fumadores (totalmente comprensible por su parte), me puedo permitir y me permito proponer al presidente del Gobierno o a alguna de sus inteligentes ministras más prohibiciones que, espero, sean de su agrado.
Hoy les presento las dos primeras ideas de una serie de medidas que, si bien es cierto que no ayudarán demasiado a la crisis, serán necesarias y bien recibidas para continuar con la serie de ajustes sociales que el gobierno socialista ha puesto en marcha y que parecen imparables.
1.- Prohibir los coches
Tengo una razón fundamental para esta propuesta: está totalmente en consonancia con la línea económica marcada por el PSOE. A mí me molesta el humo de los coches y, además, tengo que cruzar la calle cuando los coches no están y creo tener total derecho a cruzar cuando me dé la gana (como los no fumadores a no respirar el humo).
Como no-conductor, reclamo mi derecho a un ocio sin coches y a una vida sin humo. La polución me destroza los pulmones y, ahora que ya hemos entrado definitivamente en una línea política sin malos humos, veo totalmente coherente mi propuesta.
¿Creen ustedes que esto supondrá un perjuicio económico a ciertos sectores? Ya estamos comprobando con la ley anti-tabaco cómo el beneficio de unos pocos puede suponer algunos inconvenientes, pero no por ello debemos quedarnos atrás e impedir que algunos, que ya hemos dejado nuestros malos humos en casa, disfrutemos de esa calidad de vida más alta que nos ha propuesto el PSOE.
Además, teniendo en cuenta la línea ecológica propuesta por este mismo partido, los ciudadanos podríamos ir en bicicletas u otros medios modernos de transporte, beneficiando así el equilibrio ecológico y la sostenibilidad del planeta.
Espero que me hagan caso. Insisto: estoy a favor de la social-democracia (o como quiera que la llamen ustedes) y es por ello que pido algo que considero (como la ley anti-tabaco, jeje) totalmente beneficiosa para la sanidad pública española.
2.- Prohibición total del color naranja
Algunos podrán considerar estúpida mi propuesta (vale, quizás este artículo vaya con un poco de “mala leche”, lo reconozco), pero tengo derecho –como los no-fumadores- a manifestar mi total insatisfacción para con el color naranja.
Además, ¿sabían que existen serios estudios que han probado que el color naranja produce hastío en el que lo contempla? Es por ello que determinados centros de ocio lo emplean para así beneficiar el rápido transcurrir de los potenciales compradores.
¡No! –exclamo haciéndome valer de mi derecho-. ¡No queremos más color naranja ni en camisetas ni en centros comerciales ni en los coches!
Si la ciencia demuestra que el color naranja hastía, y por lo tanto me pone de mala leche, ¿por qué no prohibirlo también?
Me veo en mi derecho y obligación de pedir al Gobierno de ZP (Zapatero Prohíbe) que se elimine el color naranja de nuestra vida cotidiana y elimine mascotas aberrantes como el Naranjito, mascota del Mundial 82 celebrado en España que, como estoy probando, nos gafó de manera definitiva en dicho acontecimiento.
Por hoy les dejo. Felicidades al Gobierno por la nueva ley anti-tabaco. Lo siento por los bares, que verán reducida su clientela.
Son cosas del progreso.
Por eso algunos se hacen llamar progresistas.