No hay refrán que valga para los cántabros. El Racing empieza el año como acabó el anterior. Sin pegada y sin gol, acompañado de grandes dosis de aburrimiento. El empate sin goles ante el Atlético de Madrid ayer en el Calderón volvió a demostrar las carencias ofensivas de este equipo con la misma imagen soporífera y preocupante de los días ante Levante, Mallorca o Hércules.
Miguel Ángel Portugal parece no estar dispuesto a más correctivos y opta por sacar al autobús en los partidos fuera de casa. Queda demostrado que la victoria conseguida “in extremis” en el último partido a domicilio frente al Mallorca fue obra de un milagro navideño, por decirlo de alguna manera. Ayer, Toño volvió a ser el mejor del partido en su ya habitual recital de intervenciones bajo palos.
La única conclusión positiva que sacan los aficionados racinguistas de esta nueva filosofía de Portugal para los partidos fuera de casa es que, al menos, el equipo no encaja goles. Sólo queda encontrar la solución en el ataque donde, por enésima vez, quedó claro que Rosenberg y Munitis no pueden solos. El equipo, con el entrenador a la cabeza, pide a gritos un refuerzo en la delantera ¿Se acordarán de pasar los Reyes Magos por Santander?
Edu Bedia nuevo jugador de la UD Salamanca
Con la salida del chileno Waldo Ponce, el Racing cerró en estos primeros días del año el último frente abierto en el apartado de salidas. El club cántabro confirmo ayer lunes de forma oficial la cesión de Edu Bedia a la UD Salamanca hasta final de temporada y el canterano racinguista pudo disputar ayer mismo sus primeros minutos con su nuevo equipo en la derrota por 2-3 ante el Xerez.
Los racinguistas esperan ahora los primeros movimientos del mercado. A pesar de que el propio presidente dejó bien claro desde el principio que no habría ningún refuerzo durante el mercado invernal, con la salida de Edu Bedia, Portugal ve necesario la incorporación de un jugador “entre líneas” y ayer en rueda de prensa volvió a insistir en la necesidad de algún refuerzo en esa demarcación, aunque dejó bien claro que él “no es un pedigüeño”.
"Nosotros (Pernía y él) ya nos hemos reunido y hemos visto las posibilidades. Si se puede hacer algo se hará y, si no se puede, pues no se hace", sentenció.