El altísimo número de bajas amarillas, genera muchas dudas e inquietud en todo el entorno de Las Palmas.
Ya son pocos los que no son conscientes del gran problema que existe esta temporada con todo el apartado físico de los jugadores.
Cuando las cifras de lesionados, tocados, enfermos o con molestias de diversa índole llegan a estos extremos, resulta imposible preguntarse por qué ocurre, o que se está haciendo mal para que la situación sea la actual.
Podemos pensar que todo es fruto de la mala fortuna, pero cuando nos movemos en estas cifras de bajas, no cabe duda que no solo se trata de la mala suerte.
Otros por el contrario, podrían pensar que el disponer en la actual plantilla amarilla de algunos jugadores que son “famosos” por arrastrar problemas físicos de modo permanente, puede ayudar a fomentar aún más dicha alarma. Especialmente si hablamos de jugadores como Josico y Guayre. Dos jugadores que empezaron la temporada de modo brillante, con continuidad en su juego y sin tener que causar baja por lesión.
Fueron muchos los que creyeron que al fin ambos jugadores quedaban libres de semejante lacra de lesiones y molestias que arrastraban. Pero la alegría dura poco en casa del pobre. Y casualmente, con la caída de ambos jugadores de modo progresivo de las alineaciones, el juego y los resultados de Las Palmas han ido cayendo también.
Apenas se ha podido contar en dos partidos seguidos, con aquel once inicial que empezó la temporada con tanta alegría y desparpajo. En los últimos partidos, se ha podido apreciar momentos en los cuales, el equipo sufre unos bajones físicos notables, y la situación parece querer volverse crónica, en vez de pasajera.
No sería exagerado, comenzar a cuestionarse si la preparación física de la plantilla es realmente la correcta para enfocar una temporada tan larga como es la liga Adelante.
O bien, analizar en profundidad si el problema está en disponer de tantos jugadores tan “frágiles” en la misma, con el peligro que ello supone.
Nadie duda de la enorme importancia que tienen algunos jugadores en la plantilla. ¿Pero de qué sirve tenerlos, si luego apenas puedes contar con ellos por sus largas molestias y recaídas?
En pasadas temporadas, muchos culpaban al estado del césped como causante de muchas lesiones. Sin embargo, esta temporada el césped del Estadio de Gran Canaria está en muy buen estado, en comparación con otros años. Así que en principio, no parece esta la causa de tan alto número de lesiones.
Lo que no deja lugar a dudas, es que el club debe dar a este asunto la prioridad que merece, y buscar a los responsables si los hubiera. O bien, comenzar a tratar de poner remedio a una situación que está mermando en sobremanera a los pupilos de Paco Jémez, ya que nos obliga a competir en inferioridad con los demás.
Y de ser así, ya no solo habría que competir económicamente por debajo de muchos clubs de la categoría, sino que también habría que hacerlo a nivel físico y de jugadores disponibles.
Demasiados obstáculos para un nuevo proyecto basado en la ilusión y en la recuperación de los valores que llevaron al club a lo más alto. Y aunque Las Palmas posea una cantera extraordinaria, tiene sus limitaciones de momento. Y difícilmente podrá superar este año de modo exitoso, si sigue teniendo que competir con tal cantidad de desventajas con respecto al resto de rivales de la categoría.