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Raquel Morales

El dopaje golpea dos veces

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No cabe duda que los deportistas son trabajadores y que a menudo pagan un precio excesivo por sus altas nóminas pero, ¿qué precio es ése? La fama puede considerarse realmente una consecuencia negativa en cuanto a su intimidad se refiere. Están expuestos a la prensa rosa y la ley poco les ampara. El último en ser perjudicado fue Guti y su inexcusable numerito en Estambul. El mundo rosa se ha hecho eco en innumerables ocasiones de sus escarceos amorosos, así como los de Beckham, Romario o Ronaldo. No hay derecho.

El tenista Feliciano López ha sufrido estos seguimientos últimamente, pero lo que no podía esperar es que la inocentada se la gastara la Agencia Mundial Antidopaje. El organismo se presentó en su casa una hora y media antes de lo previsto y, cual cartero, llamo varias veces hasta que el jugador toledano les abrió la puerta. ¡Ojalá los análisis médicos fueran tan rápidos! Lo que a mí me cuesta mínimo un mes para realizarme análisis y comprobar los resultados, descubro atónita que a los deportistas se lo hacen en unas horas. ¡Caray! Aunque debo reconocer que este control no es plato de buen gusto para ellos, puesto que una vez más se vulnera la intimidad de los mismos. Feliciano abrió la puerta pero si no lo hace se podía enfrentar a una sanción de dos años por no pasar el control pertinente. Además, el organismo exige que estén siempre localizables, una medida que se me antoja excesiva.

Ahora entiendo que los juzgados estén llenos. Otro que podría apelar a la justicia es Royston Drenthe. El jugador del Hércules ha hecho uso de su derecho a dejar de trabajar como manifestación por los impagos de dos mensualidades del club. Creo que no es excusa el dinero que gana al mes para que se le pague lo que se le debe, sea lo que sea. Su remuneración es el principal derecho del trabajador. Y por último, a los trabajadores del deporte les ha tocado finalmente jugar el 2 de enero, pese a los esfuerzos de la AFE. Con todo lo acontecido, me parece que es necesario ya una revisión al derecho de los deportistas de élite para que no choquen sus privilegios y sus obligaciones.

El dopaje golpea dos veces

Raquel Morales
Raquel Morales
jueves, 30 de diciembre de 2010, 23:00 h (CET)
No cabe duda que los deportistas son trabajadores y que a menudo pagan un precio excesivo por sus altas nóminas pero, ¿qué precio es ése? La fama puede considerarse realmente una consecuencia negativa en cuanto a su intimidad se refiere. Están expuestos a la prensa rosa y la ley poco les ampara. El último en ser perjudicado fue Guti y su inexcusable numerito en Estambul. El mundo rosa se ha hecho eco en innumerables ocasiones de sus escarceos amorosos, así como los de Beckham, Romario o Ronaldo. No hay derecho.

El tenista Feliciano López ha sufrido estos seguimientos últimamente, pero lo que no podía esperar es que la inocentada se la gastara la Agencia Mundial Antidopaje. El organismo se presentó en su casa una hora y media antes de lo previsto y, cual cartero, llamo varias veces hasta que el jugador toledano les abrió la puerta. ¡Ojalá los análisis médicos fueran tan rápidos! Lo que a mí me cuesta mínimo un mes para realizarme análisis y comprobar los resultados, descubro atónita que a los deportistas se lo hacen en unas horas. ¡Caray! Aunque debo reconocer que este control no es plato de buen gusto para ellos, puesto que una vez más se vulnera la intimidad de los mismos. Feliciano abrió la puerta pero si no lo hace se podía enfrentar a una sanción de dos años por no pasar el control pertinente. Además, el organismo exige que estén siempre localizables, una medida que se me antoja excesiva.

Ahora entiendo que los juzgados estén llenos. Otro que podría apelar a la justicia es Royston Drenthe. El jugador del Hércules ha hecho uso de su derecho a dejar de trabajar como manifestación por los impagos de dos mensualidades del club. Creo que no es excusa el dinero que gana al mes para que se le pague lo que se le debe, sea lo que sea. Su remuneración es el principal derecho del trabajador. Y por último, a los trabajadores del deporte les ha tocado finalmente jugar el 2 de enero, pese a los esfuerzos de la AFE. Con todo lo acontecido, me parece que es necesario ya una revisión al derecho de los deportistas de élite para que no choquen sus privilegios y sus obligaciones.

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