No corren buenos momentos para el Sevilla. Y es que el equipo sevillista acaba de despedir este 2010 en un puesto más que discreto, el undécimo, posición muy alejada de los objetivos iniciales de un Sevilla “ambicioso y en el que lo mejor está por llegar”, comentaba a principios de año José María Del Nido, presidente hispalense.
Mucho se ha equivocado el máximo mandatario rojiblanco, ya que tan solo en las primeras jornadas de Liga logró estar en esos ansiados puestos europeos. A partir de entonces, y con el paso de las jornadas, el conjunto de Nervión se ha ido desinflando cual globo, sin poder lograr una regularidad en sus resultados, algo que ha pagado caro.
Iguala los malos resultados de 2003-04
Los números del actual conjunto hispalense están muy lejos de esos años gloriosos, como por ejemplo, en la temporada 2006-07, donde los de Juande Ramos, entonces técnico nervionense, despidieron el año como líderes de la Liga. Ahora, más bien todo lo contrario. Los de Manzano terminan este mal año en mitad de la tabla, con tan solo veinte puntos y encadenando cinco derrotas consecutivas.
En este sentido, desde la temporada 2003-2004, con Joaquín Caparrós en el banquillo, no se dan estos pésimos números. Aunque peor podría ir, como en la campaña 1999-2000, año por cierto, del descenso del Sevilla a Segunda División, cuando los andaluces encadenaron seis derrotas seguidas.
De todos modos, los puestos europeos por los que debe luchar el equipo no se sitúan tan lejos. A seis puntos la Europa League, y a ocho la Champions… “Nos toca apretar los dientes y hacer una buena segunda vuelta, que sabemos que podemos”, aclaran desde el club.
Confianza plena en Manzano
Ante este panorama, desde el Sevilla lo tienen claro: “Tenemos plena confianza en Manzano y en su bonito proyecto”, explicaba Frédéric Kanouté antes de irse de vacaciones navideñas. Por eso, esos rumores que apuntan a una posible salida del entrenador jienense del Sevilla, para el propio plantel, son más que falsos. “La culpa de estas derrotas no es de él, es de los jugadores”, continuó explicando el delantero de Mali.
Sin embargo, dicha rumorología es cada vez más insistente. Ya ocurrió con su llegada, cuando Antonio Álvarez agonizaba ya como técnico sevillista, allá por septiembre, tras la eliminación de la Champions y tras varios resultados adversos. Decían que no, pero Álvarez dijo adiós y llegó Manzano, un secreto a voces desde finales de la temporada anterior.
En fin, el mensaje está más que claro. El Sevilla debe cambiar su actitud y su juego si no quiere pasarlo mal esta temporada. Dejando a un lado habladurías, el equipo de Nervión debe centrarse en mejorar. Aún sigue vivo en Europa League (aunque el Oporto será un duro hueso de roer en dieciseisavos de final), al igual que en Copa del Rey, donde está cuajando un buen papel hasta el momento. Momentos para resarcirse tiene, solo tiene que querer.