A falta de cracks, a falta de dinero a falta de juego, el Valencia se ha aferrado en este 2010 que ya acaba a su única opción posible: los resultados. No se ganó nada. Fracasos en Europa League y en Copa del Rey pero se volvió a la Champions League y ese logro, aunque no implique llevar un trofeo a las vitrinas, supone unos ingresos que valen la salvación del club.
El proceso de cambio en el Valencia se inició el día que se aseguró su presencia en la Champions League. Ese día, aunque a muchos les costase reconocerlo, se firmó la salida de Villa y Silva del equipo. A partir de ahí, toda oferta que llegó se aceptó, siempre dentro de unos límites y con la coherencia por bandera.
No es fácil reponerse a tal pérdida pero el equipo ya es cuarto. Con muchos fallos, innumerables dudas y un juego pésimo. Pero ahí está, por mérito propio o demérito del resto.
El cambio de ciclo, la reconstrucción de un equipo que planteaba serias dudas acerca de su capacidad para volver a nacer. No está siendo tan traumático y lo cierto es que su futuro no pinta nada mal. Una vez lleguemos a 2011, el Valencia ya tendrá planeada la próxima temporada, sabe que no seguirá Fernandes que viene Rami, del Lille. Y todavía hay una larga lista de entradas y salidas. El proceso de cambio todavía no ha concluído.
Quizá ese cambio también llegue al banquillo. Emery no gusta, no convence y por mucho que se esfuerza, que es mucho, no tiene feeling con la afición. Aunque claro, ¿qué entrenador del Valencia ha tenido feeling con la afición? Aquí se abuchea primero y se pide que no se marche luego.
Si pidiésemos un deseo para 2011 al Valencia, ¿qué nos diría? Un título seguro y la clasificación para la Champions.
¿Y al presidente? La Champions dijo en una entrevista reciente.
¿Y a la afición? Algunos sueñan con el entrenador más importante de la historia de este equipo. Benítez ahora está sin equipo y Emery lleva mal camino.