Si hay que poner una banda sonora al año que está a punto de terminar, sin duda una de las canciones que tendría que incluir es el “Waka Waka” de Shakira. Escuchar ese estribillo me transporta hasta Sudáfrica y al mágico momento en el que Casillas levantó al cielo la copa de campeones del mundo. O al agónico y magnífico instante del gol de Iniesta en la prórroga, que hizo justicia a la historia del fútbol español. Probablemente sean el madrileño y el manchego los más destacados en este hito de la selección española, aunque es obligatorio subrayar también el mérito de Vicente del Bosque. Por otra parte, un resumen de este año futbolístico no estaría completo si no recordáramos el título de Liga del Barcelona y el doblete del Atlético de Madrid. Y el fichaje de Mourinho por el Real Madrid tras seguir engordando su currículum en el Inter, el duelo Messi-Cristiano Ronaldo, la marcha de Raúl a Alemania…

Otra pelota, la de tenis, es la que sigue encumbrando a Rafa Nadal. Todos los adjetivos se quedan cortos para seguir definiendo al actual número 1 del mundo, en una temporada fastuosa tras ganar Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos. Y la pelota de baloncesto es la que mantiene en lo más alto a Pau Gasol. Pese a su ausencia con la selección en el Mundial, su segundo anillo en la NBA con los Lakers le ha convertido ya en mito. Además, tras la decepción de los chicos en el Mundial, las chicas capitaneadas por Amaya Valdemoro consiguieron un bronce que las confirma en la élite.

Con menos focos pero haciéndonos disfrutar igualmente, Mireia Belmonte se ha convertido en la nueva e inesperada reina de la natación mundial; junto a Aschwin Wildeboer y a Rafa Muñoz, simboliza la esperanza de una época dorada en este deporte de cara a Londres 2012. Las que no dejan de brillar, también en la piscina, son nuestras “sirenas” de la sincronizada; lideradas por una sensacional Andrea Fuentes, han logrado superar con nota la ausencia de Gemma Mengual.

Hay otros deportes que nos han dejado un sabor agridulce, como la Fórmula 1. En Ferrari aún se están preguntando cómo dejaron escapar el Mundial, aunque Fernando Alonso demostró que ha recuperado su mejor nivel y será el rival a batir en 2011. Otro tanto ha sucedido en el ciclismo. Si bien Alberto Contador aún tiene pendiente su caso de presunto dopaje, también nos regaló un vibrante Tour de Francia, el tercero en su palmarés particular, con el que jubiló definitivamente a Lance Armstrong. Con ruedas y motor, donde el éxito sí ha sido completo e incontestable es en el Mundial de motociclismo. Jorge Lorenzo, Toni Elías y Marc Márquez nos han regalado un insuperable triplete español.

La lista de deportistas españoles que han triunfado este año es mucho más extensa: triatlón, piragüismo, vela, tiro… incluso atletismo, pese a la “Operación Galgo”. No obstante, para no hacer interminable esta columna, les remito al anuncio “Brilla. Ilumina tu país”, que protagonizan Iniesta, Nadal y Gasol. Además, quiero que mi último recuerdo del año sea para el hombre que encarnó durante décadas el lema olímpico: citius, altius, fortius. Juan Antonio Samaranch llevó este movimiento a su máxima expresión, modernizándolo y convirtiendo los Juegos en el mayor evento deportivo, cultural y social del planeta. Junto a este legado inigualable, también hay que reconocerle su enorme contribución como embajador del deporte español. Desde el cielo olímpico, Samaranch seguirá disfrutando de los futuros éxitos de los españoles, que seguirán esforzándose por llegar “más rápido, más alto, más fuerte”.