Antes de nada: Esto es un enganche en toda regla. Marian Keyes, es la mejor autora irlandesa de la literatura actual. Ya son muchos años juntas, y le tengo que dedicar unas palabras; pero sobre todo de agradecimiento. Mucha gratitud por las sonrisas y hasta carcajadas que me han arrancado todos sus libros publicados hasta el momento. (“Sushi para principiantes”, “Por los pelos”…)

Keyes es una autora nacida en Limerick , Oeste de Irlanda que refleja en sus relatos el estilo de vida de algunos de los habitantes de su provincia natal, contado de forma peculiar, muy divertida y terrenal: como la vida misma. Habla de conceptos universales. El amor, la búsqueda de la felicidad, la amistad verdadera pero también los rechazos, desengaños, fracasos y desencantos narrados de forma cruda y natural.

Que todas las protagonistas de sus novelas sean mujeres no debe confundir a los que en principio rechacen sus historias tildándolas injustamente de feministas. Nada más lejos de la realidad: Keyes muestras los miedos, miserias y defectos generales del sexo femenino sin tapujos. Eso sí, lo hace de una manera magistral y dotado a sus personajes de una humanidad y sentido del humor inexorables e hilarantes.

Todo esto lo digo por que ya que estamos en plenas fechas navideñas, donde muchos se rompen la cabeza para encontrar y hacer el regalo perfecto, se tenga en cuenta esta opción más que recomendable. Un libro es un obsequio excelente por varias razones: regalar historias, sueños, momentos de evasión... Agasajar con cultura a alguien a quién aprecias no tiene precio.

Hablando de cultura… sí, ahí está la tan impopular Ley Sinde, (nombre que, no por poco trabajado, es menos acertado: Sinde-jar de cobrar) y todo el mundo habla de lo que cuestan los cedés de música, los deuvedés de películas…ay!!Qué deshonroso es el pirateo…Lo cierto es que hasta hace bien poco, la literatura prácticamente se vendía solo en papel.

Pero ahora, con la proliferación de soportes digitales de fácil manejo, serán los libros los que sufrirán las iras de muchos de sus autores pidiendo la cabeza de quienes los escanean sin pudor de forma gratuita para que todos los que disfrutamos de la lectura no tengamos otra opción que comprarlos en formato tradicional. Ojo, que servidora seguirá comprado libros, pero preferentemente “de bolsillo”. Por su fácil transporte, bajo precio y por su OLOR. Sí, pocos aromas tan evocadores existen como el de las hojas de un libro cuando lo abres, sobre todo por primera vez.

No sé si alguien en este país aun duda de la hipocresía de esta medida. Partiendo de la base de que la Cultura es un derecho que todo ciudadano tiene, que en muchos países europeos las entradas a museos son gratuitas, surge cierta incomprensión ante el hecho de que quienes nos gobiernan se pongan duros con el pirateo en defensa del pan honradamente ganado por los artistas con su arte.

No se trata de eso. Se trata, como en todo tipo de mercado, de que los que se llevan la tajada son los muchos intermediarios que hinchan los precios de sus comisiones teniendo como fin su único y propio beneficio. Pero no, a esos no les echan mano. Castigan al ciudadano de a pie que en muchos casos no se puede permitir comprarse todos los meses un disco que le guste. Se confunden de enemigo, pero eso está muy lejos de cambiar.