Con la llegada de la Navidad también llegan a nuestras pantallas, una cantidad de galas solidarias organizadas por nuestros deportistas más ilustres, desde futbolistas, pilotos, tenistas, etc. A todo el mundo le gusta ese lado tan humano que nos enseñan.
Pero, ¿realmente son tan solidarios? O ¿sólo de cara a la galería? Toda esta gala de humildad y generosidad a mí siempre me pareció que está encubierta tras un halo de notoriedad y ganancia de puntos delante de la gente. Quedas bien, enseñas a los futuros deportistas lo bueno que es ganar dinero y repartirlo con los más necesitados. Pero, ¿harían lo mismo si no hubiera ningún tipo de publicidad de por medio?
Las palabras humildad, solidaridad y demás están detrás siempre de los discursos de los grandes clubes, pero ¿cumplen estos equipos con lo que predican? El último caso es el patrocinio de Qatar Foundation al Fútbol Club Barcelona. Polémicas aparte por el tema de decidir llevar publicidad en la camiseta cuando nunca la llevaron, lo verdaderamente triste es tener que sentir a Guardiola defender un país donde los derechos humanos brillan por su ausencia. No se hasta que punto, todo este dinero que va a ganar el Barça merece tanto la pena como para que el club blaugrana traicione sus principios. Rosell sabrá.
Navidad, tiempo de paz, humildad y solidaridad, esa que tanto predican los grandes clubes. En el deporte base aprendemos humildad cuando acaban los partidos, y no necesitamos publicidad para comprobar cuan solidarios somos, sólo actuamos: nosotros y nosotras no enseñamos la manita, sino que la damos cuando el árbitro pita el final del partido.